
No te lo repitas. Tienes una flor sin usar. Una mentira nueva y un espacio en tu armario para colgar el arraigo. Sí, repítelo, no eres vieja, te sobran lunas y espinas para cubrir con tus guantes negros. Tu piel esta curtida, no lo olvides. Y tu amor está en trozos de manzana, en romance con las orillas del otoño.
Duermes sin ayuda y sales a la calle deseando volver a casa. Sí, reconoces el sonido de tu risa, de tu cabello enredándose en el cuento de mañana. Si ese tiempo pudiese volver tu carne se cubriría de apatía. ¿Sabes qué te esperaría si el viaje que quieres resbalara en tus labios?
No habrá palabras que te salven. Nada sabes de la tibieza. ¿Recuerdas que tu niña la dejaste emboscada en otro estanque? No todo es tuyo, ni tu forma, ni el banquete, ni la música de los metales. Este moverte tan dueña no basta para que los peses llenen el estanque. Tu furia es la antorcha que te mantiene untada a la vida. No lo olvides, el cuerpo rígido en tu cama es el manso sueño que te asiste. No volverán los ladrones y tus ruidos cotidianos inventaran otra polilla. Ya tienes la noche tibia y no son estériles tus memorias.
¿Te provoca ser mujer otra vez?
Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm.