Erase un fantasma clásico, con todas las normas conocidas en su hoja de vida y una apariencia atildada, podríamos decir, como de propósito. Sin embargo, sus apariciones eran esporádicas, perentorias y definitivamente cansadas. No usaba cadenas, ni sabanas; ni asumía la apariencia de seres querido u odiados.
Qué les puedo contar, si como ustedes imaginan es un fantasma insulso.