El flautista olvidó la partitura. Resoplando, el aire
resonó tonificado. El auditorio respiraba tenso, contrapunteando el descuido
del flautista. Una gama melódica circundaba al teatro. La rotación cromática era perfecta.
Hasta que una altísima nota acabo con el concierto.
Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm.