En el tórax de la tarde, cuando las horas cuartas cuelgan en la pared. Los jugos gástricos se provocan unos a otros y los molares ya quieren rasgar el alfabeto de la fruta. La sopa sigue humeante emocionada. El aire es metafísico, casi comestible.
Una creatura de sabor crece debajo de la mesa y tú no llegas.
No me preguntes porqué quise saber lo que había dentro de tu cáscara.
No me preguntes porqué quise saber lo que había dentro de tu cáscara.
Sergio Astorga
Acuarela/papel 50 x 70 cm.