Ese rostro amado,
lisonja y embuste,
una fina línea lo separa.
Su remota virginidad
es tangible pan
y augurio sedante de su talle.
Parece desalmado de Eros,
y un latido liquido
embalsama su garganta.
Con la punta del lápiz lo retoco,
y ese rostro amado
vuelve a ser lisonja,
ante el embuste de mi mano.
Sergio Astorga
Acuarela papel 20 x 30 cm.