Hoy dejé mi sombrero detrás del sofá
y no voy a tocar el saxofón.
Mi corbata se la regalé a mi vecino
pero mis zapatos no.
Hoy voy al café Express
antes de ir a San Francisco.
Me voy a llevar mi esqueleto
y voy a dejar la pena del arco iris en casa.
Usted también puede tomar vacaciones,
lavarse la cara y terminar de tender su cama.
Dejar su dolor diario en la maleta.
Platicar con su viejo amigo
y tal vez, porque no? darle un beso en la mejilla
o en la mano quemada de su lágrima.
Hoy me voy en taxi a comer una carne roja
mientras los niños juegan y gruñen en el parque.
Voy a ser simple esta vez, lo siento Vallejo,
mi Neruda también se fue.
Voy a cruzar el puente de oro,
a ver las gotas dulces de la medianoche en blanco.
Mirar los pechos de las palomas muertas
y las piernas morenas del corazón en la bahía.
Voy a los museos a mirarme en los colores,
llenarme de smog y de basura eterna
y a calentarme las vértebras en el enchufe del hotel.
Voy a licitar mi locura con la lluvia verde,
el olor de los “taxes" de otros sueños
y las piernas cruzadas de otros poetas.
Levo mi reloj de oropel
lleno de horas perdidas para volar,
por si me preguntan la hora.
Hoy dejé mi sombrero detrás del sofá
porque el clima es libre
y la pobreza sigue igual.
En su sitio.
Sergio Astorga
tinta /papel 20 x 30 cm.
María del Mar Téllez Romero
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María del Mar Téllez Romero (Tlalnepantla de Baz, Estado de México, 1978).
Especialista en ingeniería de espacios y narraciones fantásticas. Es
ingeni...
Hace 1 día.
12 comentarios:
Precisos versos, Sergio, y el dibujo parece un Picasso. Me encanta.
felices vacaciones sin sombrero.
Lamento sinceramente que la pobreza siga igual y en su sitio. Quiero pensar que la pobreza no tiene lugar, que se desplaza; recorre paraísos, ínsulas y fortaleza y los zarandea, como debe ser, a los poderosos.
Quiero creer que la pobreza dejará de existir cuando los corazones de los insensibles sean ricos en amor y compasión y si la pobreza no se aniquila, al menos, seremos muchos los que la asustemos para que huya de sus reinos de taifas ( los sin tierra, los sin papeles, lo pobres más pobres, los huérfanos, los desamparados, los rotos....
Que levante el brazo el que no tiene alguna pobreza, pero hay la imprescindible(comida, agua, sanidad...)
Un abrazo
Inuitz
Nunca fui a California, Sergio. Fui a Tucson a robarme cactus y me hice amiga de un cuervo en el Gran Cañón.
Me encantó tu poema: es fresco y vital como esas mandarinas que comía cuando chica al fondo del patio, acompañada de un perro llamado Dog. Y era feliz, feliz. Pensaba que ese estado de felicidad no terminaría nunca.
Cariños,
L.
Encuentro una mezcla agridulce en este poema, una lucidez que, inevitablemente, nos sitúa en un presente lleno de decepciones por la incapacidad humana de resolver la pobreza. No hay vacaciones para esa conciencia, querido amigo. Pero sí podemos tratar de disfrutar de las cosas hermosas que nos ofrece la vida. Un abrazo muy fuerte y felices vacaciones.
El ordenador encima de la mesa, el reloj encima el comodín,
y a los dos hijos preparando un buen festín.
Me voy con alegría en busca de más vida
con mi fiel compañía en busca de otra bahía.
Por el mar Mediterráneo dónde nació Serrat
encontraré nuevas gentes para platicar.
Recorreré la orilla en busca de caracolas
y la pondré en mi oreja para oír las olas.
Recorreré los montes en busca de lavanda
y cogeré un ramo para debajo la almohada.
Cuando vuelva de la deseada excursión
espero que encontraros en el mismo rincón.
Felices vacaciones Sergio. Hasta la vuelta.
¡Me encanta! ¡Cuanto más lo leo más y más me gusta! Quisiera ser un niño gruñendo en el parque, el sombrero de señores como tú, el sofá que callado observa. Cualquier cosa, quisiera ser, al margen pero sin marginar en la historia que nos cuentas.
Y ese dibujo, querido amigo, ese óvalo rojo me enloquece.
¿Será lícito?
Un abrazo en el viaje,
Izaskun
Lola Mariné, me quito el sombrero y me pongo el bañador "Hawai Bombay me pongo en mi piso".
Buen descanso.
Abrazo soleado.
Sergio Astorga
Inuit, las pobrezas siguen ahí incoloras. Las físicas y las emocionales parece que se petrifican tendremos que trabajar duro, muy duro.
Un abrazo que levante el ánimo.
Sergio Astorga
Abol, esta será la primera excursión a las Californias, aprovechamos que Helena tiene un congreso en San Francisco, no creas que me pegó la fiebre del oro. Posiblemente visitaremos el Grana Cañón y veremos los órganos milenarios al pasar por Arizona. Aquí en los Álamos tenemos una verdadera pandilla de cuervos, son raperos, y pican y repican para sacar las lombrices.
Do re mi fa sol si do re, déjalo todo y sigue comiendo mandarinas en el traspatio de las letras enrollada en cantos felices de sabor. Que no acabe, que no acabe, mira que me quito el sombrero para invitarte una copita de gusto que no termine nunca.
Abrazos mandarinos.
Sergio Astorga
Isabel, brindemos por las cosas rumbosas, las buenas, las que nos mantienen con el pañuelo seco.
Al fin y al cabo el río sigue creciendo y refrescando nuestra frente.
Un abrazo termal.
Sergio Astorga
Alicia, con el bronceador de las ideas en la mano espero que disfrutes del mediterráneo que ya me dijo Serrat "como un cometa de caña y de papel me iré tras una nube p'a serle fiel" así también dejare mi corazón en San Francisco.
Aquí nos vemos al tumbo de otra ola.
Abrazos meditantes.
Sergio Astorga
Izaskun, todos los antojos son lícitos y si son rojos, mas invencibles. Aflójate los versos de la cintura y no temas al espanto que el azar se enreda poderoso y chorreante.
Cómo fue? No lo sé, pero la impaciencia de la espera ha dejado el sofá patas arriba, no sé explicarte que pasó, pero hay risas infantiles llenando mis oídos. No sé decirte cómo fue pero la vida pende de una orilla y se bebe de golpe como las noches de farra. Y mira que soy un monje de pensamientos libertinos.
Abrazos viajantes.
Sergio Astorga
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