Oriundo de Cremona y con experiencia connotada en la fabricación de Laudes. Sebastian Rodríguez, popularmente conocido como “Pisa fuerte”, dejó la fabricación de instrumentos para convertirse en un virtuoso del Mandolino como se le conocía a la Mandolina. Hay testimonios que estuvo en el taller de Stradivari, así lo atestiguan los patrones de construcción de la propia mano del maestro. Sebastian “Pisa fuerte” dueño de un singular ataque a las cuerdas decidió recorrer primero la Italia y después la península Ibérica, dando conciertos con gran éxito de publico y de critica. Fue en estas andanzas peninsulares que concibió El Concierto para Mandolina en mi menor llamado la “Tuna Ibérica”. El concierto fue dedicado a la Marquesa de la Quinta de la Almendra que patrocinó su estadía por cinco años en tierras Iberas. El estreno del concierto se realizó a finales del siglo XVIII en el gran salón de la Marquesa. La partitura ha llegado hasta nosotros gracias a una subasta pública de curiosidades musicales. Ignorada por años, hoy tenemos la oportunidad de escucharla y testimoniar la figura de Sebastian Rodríguez “Pisa Fuerte” gracias a un dibujo encontrado en medio de la partitura.
Melódica y festiva la Mandolina, ejerce a lo largo del Concierto en mi menor, llamado “la Tuna Ibérica” un protagonismo poco visto en piezas del género. No deja de sorprender que en ciertos pasajes una rotunda melancolía se deja sentir apoyada en la tónica con la tristeza de un mi menor muy bien logrado. El concierto sorprende por que es de una sola voz, es decir, no hay los movimientos tradicionales, por eso se le considera una obra menor, fuera de catálogo. No podemos dejar de advertir que tiene consonancias con el de Antonio Vivaldi: Mandolin Concerto in C (RV 425). Los acordes nos remiten al barroco irremediablemente.
Sin embargo, queda el testimonio de esta dulce composición de Sebastián Rodríguez “Pisa Fuerte”.
Poco se sabe del rumbo que tomó su vida. Al morir la Marquesa, tuvo un súbito dolor de pecho que lo llevó a frecuentar bares y lugares de mala muerte. Su gran cabellera, envidia de soberanos y plebeyos, fue cortada una madrugada cuando adormecido en el dintel de un puerta, su mejor amigo tomó las tijeras y cortó sin piedad mechones de su ensortijado y castaño cabello, para ofrecerlo como prenda a sus admiradoras con la intensión de llevarse unos dineros al bolsillo.
Como sucede tantas veces, la mala nota impera en los bellos hallazgos. Si ustedes tiene información sobre la suerte de Sebastian Rodríguez “Pisa Fuerte” favor de avisar por este medio. Espero que no se engañen y no piensen que el sobre nombre se debía a su múltiple paternidad, sabemos de buena fuente que no tuvo hijos. La afinación de la mandolina es muy difícil y Sebastián era un experto, de ahí su apodo.
*Busco mandolina en buen estado, no importa el precio.
2 comentarios:
Querido Sergio: qué hermosa y sugerente la historia de Sebastian y qué preciosidad su retrato en azul. No sé qué me gusta más, si el triste magnetismo del instrumento en manos de su también triste tañedor o el relato tan poético y conmovedor.
¡Me ha encantado!
Te mando un abrazo en La, Sol.
Gracias por la visita querida profesora musical Lola Mu.
La asociacion que me divierte, por sonoridad, es la voz mandolina con la mandrágora, causa el mismo efecto, el apego, el disfrute y la construcción de mundos paralelos o tal vez, oblicuos.
Gracias por leer el concierto y procurar las dominantes en su recuerdo.
Abrazo sostenido en Re.
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