Cuando regresó del psicólogo tenia girando dentro de su
cabeza dos posibles dictámenes.
El engrandecimiento de su autoestima hasta el
grado de la adulación fue el primero. La acumulación de convicciones fallidas
hasta el grado de la glotonería fue el segundo.
Durante tres semanas la vacilación se aglomeró, hasta que
bonete en cabeza, decidió elevarse para la fascinación de los lectores.
Sergio Astorga
Tinta/papel
5 comentarios:
Quisiera pensar que uno puede estar hinchado de satisfacción personal. Creo que, casi sin percibirse, es la que consigue subirle a uno muy arriba en el ánimo.
Un abrazo.
He de alabarte amigo para que te infles como tu personaje, sos un gran creativo! He pasado también por tu último post, es un placer leerte y ver las imágenes. Sergio, estaré unos días sin Internet, ya volveré a vistarte. Un abrazo ¨iluminado¨
Manuel, gracias por la visita.
Abrazos.
Alicia, creo que la hinchazón y la comezón son dos estados que provocan cambios: de hábitos, de domicilio, de doctor, de mascota, de símbolos, de creencias. La elevación podemos entenderla como un estado privilegiado de ánimo. Lo contrario sería el descenso al subsuelo.
Abrazos satisfechos.
Myriam, insuflamos, llenamos, rellenamos, alborotamos, repletamos, atiborramos con tal de seguir activos con la imaginación en la llema de los dedos y las endorfinas desparramándose por el hipotálamo.
Aquí te esperamos cuando te vuelvas a conectar. Siempre es un gusto tenerte en este espacio.
Abrazos inflamados
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