domingo, 27 de septiembre de 2015

Al subir


El otoño goza de pendientes castañas que nunca llegan a ninguna parte. El amor fascina porque en las puertas de cada casa madura un fruto duradero. Duradero en la espera, porque madura en el gozo de ser inalcanzable.

Fotografía: Alguma Rua en Porto, Portugal.

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