sábado, 27 de abril de 2013

Capilla ardiente


6 comentarios:

Susana Camps dijo...

Qué triste y hermoso, este dardo de dolor.
Abrazos

Isabel Barceló Chico dijo...

Impactante, querido amigo. Arden ¿las que hemos dejado escritas? ¿las que hemos dejado de decir? ¿las que ya no pronunciamos? ¿las olvidadas o pasadas de moda? ¿las verdaderamente muertas, si es que mueren las palabras? Terribles preguntas. Tal vez ardamos con ellas. Un abrazo.

Alicia Uriarte dijo...

Sergio, ese texto me sugiere la imagen de tener enfrente a la sarten siendo uno el pescado fresco. Ese momento que ahoga y quema.

Un abrazo.

Sergio Astorga dijo...

Susana, cuando la agonía mundial sigue, hay una pluma personal que siempre reconstruye lo que se honra y desdibuja la penumbra. La piedra en blanca siempre gusta de la letra inscrita.

Abrazos escritos.

Sergio Astorga dijo...

Isabel, los alientos exclaman y la tinta y papel lo afirman: el reino de este mundo. Como criaturas verbales sigamos en combustión con las palabras. El tiempo dirá, si hay lectores, si valió la pena el esfuerzo.

¡Coloradas sombras! Sigamos dejando perfiles para la luz.

Abrazos dichos.

Sergio Astorga dijo...

Alicia, palpita el aceite con la palabra ardiente. Un arpón pincha la palabra cierta que el papel se quema sin memoria. Voluntarios, los signos ortográficos desfilan alrededor del texto. Vigentes son los pulsos de la mano.

Abrazos en este 2 de mayo.