Vagando en esta tómbola de asociaciones que los cultos llaman ideas. Y considerando que estaba en su día de asueto, decidió acercarse al circulo de agua que se había abierto en el mismo centro de su dormitorio. Considerando que era un hombre parco y poco dado a las lágrimas, él sabia que este orificio acuoso era la prueba irrefutable de la entrada a otra dimensión.
Considerando que era un animal de letras sus documentos estaban en regla: pasaporte, cédula profesional y número de contribuyente. Seguro de si, decidió asomarse al aro de agua. Recibió el reflejo de su rostro. Una fuerza tremenda lo hizo entrar a ese mismo yo inconfundible. Tuvo ganas de ahogar lo que había sido y ocultar con un tapete ese círculo de agua aparecido y dormir fatigado en el sillón de la sala.
Considerando que los cultos tienen ideas de todo, el silencio en rebanadas muerde menos.
Sin embargo, él sabe que la amnesia es compartida por nosotros y que asociamos fácilmente la cascara de limón y la amargura con el reflejo del agua.
Sergio Astorga Tinta/papel
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