Amanece con la lluvia detenida en el rocío. Chorrea la melancolía como si fuera el rostro de una vieja tuna de un nopal que llevo dentro del lado izquierdo del bolsillo. Es irresistible buscar en el reloj la hora en que descampe. No hay viento. El timón esta quieto. Puede ganar el tedio.
Fotografía. Desde as Escadas do Colégio, Porto, Portugal
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