Perdió el entendimiento. Mantuvo la calma. Acepto la hinchazón del cachete. Confió en el clavo y la canela. Humedeció sus labios. Su corazón maravillado retumbaba fuerte y rítmico. Adiós la caricia. Al tiempo tierno de mirarse en el espejo y no verse deformado.
La risa de sus vecinos eran sus lágrimas. Tan grandes que el suelo quedó resbaladizo.
Lo mejor viene mañana cuando la extracción culmine.
La consulta es a la 10 de la mañana.
Ya se terminó el medicamento…