lunes, 31 de diciembre de 2012

2013 era de la sandia



Para toda mi estimable clientela este Abarrote les desea rebanadas de sandía. Frescas sonrientes; rojas las semanas de sus días.
Jugosas montañas se alzaran por sus horizontes me dicen esos silbos de cenzontle.

No todo será algarabía, lo sabemos, pero con ella, la sandía, aplacaremos la sed de vida que nos conmueve.

Aquí los espero con un vaso de jugo de letras y de formas para seguir dándole vuelo a la hilacha.

Repartamos la sandía. Buen año para todos.

Sergio Astorga
Acuarela/papel 56 x 76 cm. 

viernes, 21 de diciembre de 2012

Ceremonia interior



El cerrajero consiguió abrir el portón después de dos intentos fallidos. El cielo gris se confundía con el polvo levantado por las aves que pesadamente ascendían apretando con sus garras la carne sanguinolenta de una pierna o de un poderoso abdomen. Todos los años la ceremonia del fin se realizaba sin complicaciones de importancia. Los niños eran los que más demoraban en darse cuenta y asumir su destino. Los viejos esperaban pacientemente el picotazo definitivo.
Después de dos horas algunos fotógrafos tomaban ávidos las imágenes que saldrían en primera plana en los portales y las redes sociales.
El cerrajero, ya en casa, afilaba su cuchillo mientras su esposa en el cuarto de baño rebuscaba una pose dramática y sensual.

Sergio Astorga
Tinta/papel

martes, 18 de diciembre de 2012

DE COMO DOS PERSONAS SE ENCUENTRAN Y HABLABAN ANTES DEL POSIBLE FIN DEL MUNDO.



-¿Vienes a casa?

- ¿Tendrás Bacalao y música?

- Todo. También "beberecua".

-  ¿Pusiste nacimiento? ¿Quitaste a la vaca y al buey?

- Los vendí. Por eso tendremos posada.

- Hecho. Yo llevo la piñata.

- Espero que no hayas invitado a la familia de los abolengo, ni a los sin abrigo. Ya ves que se destruyen uno a uno. Tienen que pedirse tantas disculpas que no les alcanzará la vida.


- Ni lo pienses. Además son bien aburridos.

- ¿Ya compraste el bacalao?

- Me falta ya poco. Mañana voy al Abarrote por lo que falta. Tiene un jamón serrano que es una delicia. Voy a comprar unas cervezas y vino.

-¿Cómo a qué hora?

- A mediodía.

- Yo te acompaño.

- ¿Tienes bengalas? Una posada sin bengalas… La piñata yo la llevo repleta de fruta.

- Bueno. Entonces nos vemos mañana a las doce en el Abarrote.

Sergio Astorga
Acuarela/papel

viernes, 14 de diciembre de 2012

Duopolio



El flautista olvidó la partitura. Resoplando, el aire resonó tonificado. El auditorio respiraba tenso, contrapunteando el descuido del flautista. Una gama melódica circundaba  al teatro. La rotación cromática era perfecta. 
Hasta que una altísima nota acabo con el concierto.

Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm.

martes, 11 de diciembre de 2012

Reino salino



La oceánica pareja real contaba los aguinaldos dejados por las corrientes ecuatoriales. Ajenos a la mudanza, seguían tomados de la mano, sabiendo que su voluntad se cumplía desde los tiempo en que el hierro era liquido.
Indescifrables voces llegaron un día, y la tristeza del reino toco fondo. Fueron tiempos de agonía. Emboscadas de sal hicieron que los cardúmenes migraran a las grutas del caribe. 

Entonces, como ocurre siempre cuando la amargura acumula su grito, la reina quitó sus vestiduras y enseñó sus escamas doradas y con dulce voz anuló el desastre, apaciguando su reino. El rey, orgullosos de tal hazaña ejerció su voluntad soberana: todas las olas llevaran la sal disuelta hasta depositarla en tierra. 

La reina no canta desde ese entonces y el tributo del silencio se lava con el olor de las algas.

Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 0 cm.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Los chamanes


Vienen del otro lado del pecho, de ese otro mundo donde los nabos crecen como quimeras. Habitan, cantan, protegen y lloran. En la pagina diaria se adentran a un páramo urbano. Lucidos, cambian de postura y de silencio con la facilidad del insecto. Ellos, esculpidos de noche, saben que la luz es una vereda que no llega a ningún lado. En otros tiempos, tenían asegurada su existencia. Hoy la cerrazón, sólo quiere recordarlos en monedas de cobre. 

De este lado del tiempo, donde tú y yo estamos, sus apariciones conmueven y aunque no hay lugar cierto, con las cicatrices que van dejando vamos construyendo la tira de su peregrinación. 

Nunca hubo pies descalzos con tanta gloria ni tantos himnos anónimos regados por las ciudades. Hoy los dientes chocan, y el polvo que se levanta fue piedra de adivinación. 

Volvamos a deletrear los caminos, que al futuro le gusta ser acariciado.

Sergio Astorga
 Acuarela/papel 30 x 100 cm.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Nacimiento



El silencio cuando florece siempre viene de abajo.

Sergio Astorga
Tinta china/papel 20 x 30 cm.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Oferta de Enero



La Bodega del Abarrote se complace una vez mas en ofrecer el Antojo ideal para esta inicio de año. No se fatigue, no mire a sus paredes y sienta que algo le falta  Tenemos la solución.

Tumbao, acuarela sobre papel de algodón 20 x 30 cm. Sólo tiene que decir: La quiero. Y por la módica cantidad de  95.99  puede llegar sin costo alguno a la comodidad de su hogar a cualquier parte del globo terráqueo.

Póngase en contacto con nosotros. 
Tumbao esta listo para brindarle su mejor emoción en compañía de toda su familia.

Recuerden que no solo de turrón se vive.

*No tenemos sucursales. Permiso siempre en trámite.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Vaivén



En el ir y venir la obstinación renace, como lo hacen los jardines.

Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Sombras en torno



Son famosas las sombras en tu cabeza. Revuelan por el cuarto. Esas sombras que te dicen que sigues el mismo camino. El que caminas solitaria. El que te recorre las piernas. Te tocas la nariz y revientas los recuerdos. Los bombones de tu pelo, las cintas violetas en tu cintura. 

No puedo emplear las manos.Es realmente difícil si lloras. Tómate tu tiempo que el camino no se mueve. Cuando se tranquilicen tus cielos espero que las nubes se empapen de sombra fresca. ¿Quieres probar los melocotones? Cuando tus manos tiemblan no sé qué decir. Hay un poco de amor en este frío.  La llama danza en todo lo que te digo. Es difícil distinguir la pertenencia. Nunca significan las palabras lo que quiero. ¿Sabes?  Este sueño de formas se pierde cuando tocas la guitarra. Me absorbe la gravedad del sonido. Me conmueve tu Dylan y rebusco tu Carpentier. Los vampiros se cuelgan del valle. Si pudiéramos salir del mundo por un rato. En caída libre. Unos minutos bastan. Esperar el amanecer es lo usual. ¿Si me buscaras? No hay velocidad. Las generaciones no llegan temprano a casa. Honestamente no juguemos a los números porque la vida empieza siempre en cero. Sigo viendo tu cara como en vidas pasadas. Como en toda lírica, tú estas con una flor en la mano. Por algo nuestra diferencia tiene una lengua común y la tibieza es el ancestro más limpio.
Son nutritivas nuestras sombras. Secretos que poco a poco van creciendo de tamaño.

Sergio Astorga
Tinta/papel Egon Schiele

viernes, 23 de noviembre de 2012

Micro mundo



Debajo del ojo se esconden las manos y  las esquinas se saturan de contornos. Todo se recrea. La luz filtrada y el horizonte planeta se curva. La vida bulle sin ángulos rectos y más de doscientas palabras no atrapan su estructura. Desde el fondo, los cielos celulares tienen su timón secreto. El mapa de los alientos se mueve líquido. Cierto, cuando pensamos qué es la vida, uno se siente naturalmente inútil. Con la mirada torpe uno ordena, dispone y busca por la tarde llegar a casa, al espacio cierto.

Uno se siente parte de algo grande, por eso te digo que cuando llego al laboratorio me vienen muchos siglos a la mente y me siento solo entre tanta vida. No quieres venir y dejar un querer entre el tubo de ensayo; sacudir tu trenza en esta espiral y zarandear la dicha, así, en grado demostrativo. Hay tanto mundo por fuera y por dentro, que bien vendría mostrar las manos y cerrar los ojos.

Sergio Astorga
Acuarela/papel 70 X 110 cm.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

La señorita de la rua Bombarda



Subir y bajar por las calles era el ejercicio ciudadano de todos sus días. Imposible correr, los adoquines se enterraban en sus tacones; sus pantorrillas, siempre adoloridas, mostraban su fatiga. Ella, fastidiada de tantos ungüentos y genéricos, por las noches aplicaba un cataplasma de cebolla para desinflamarlas y encontrar consuelo.

Como toda buena rutina ejercida, pasaban los días sin que se diera cuenta que era observada por un hombre de apostura urbana, es decir, traje y corbata y un portafolio de piel tan deteriorado como los predios al su alrededor.

- Hola, arremetió deteniéndose la corbata y en tono de voz discontinuo.

- ¿Qué tufo es ese? Exclamó la señorita de la rua Bombarda.

- Cosecha 1932 mi querida.

-  ¡Apártese!

- Disculpe mi atrevimiento. No quiero asustarla…No. No se marche… Déjeme explicar.

- ¿Qué quiere? No tengo monedas.

- Hace tiempo que la observo y no puedo evitar decirle que sus pantorrillas son de ensueño. No tengo escapatoria. Se quedan fijas en mi cabeza todo el tiempo. Los chicos de hoy ya las hubieran tocado pero…

La señorita de la rua Bombarda, incrustada en el adoquín de la banqueta sintió que era devorada; recorriéndole un calor intenso dentro del cuerpo, envejecido en barricas de olvido. Sin escuchar las suplicas del hombre urbano, comenzó a andar con paso firme, sabedora de los efectos que causaba.

Al legar a su casa aventó los zapatos, se quito las medias de nailon y frente al espejo, suavemente comenzó a untarse el cataplasma de cebolla, sintiéndose adolorida y alagada. 


Sergio Astorga
Tinta/papel

sábado, 17 de noviembre de 2012

Un sedante




El vacío es la palabra que llena la nada mientras exista un testigo.

Sergio Astorga
Tinta/papel

viernes, 16 de noviembre de 2012

El día del desasosiego



Apabullado por los malestares de la convivencia  este Abarrote suscribe el Manifiesto del Día del Desasosiego. http://90anos.josesaramago.org/dia-do-desassossego-manifesto/ Imperativo ético que nos ha dejado José Saramago que físicamente el día de hoy cumpliría 90 años.

La palabra cala, sobre todo cuando hay honradez. Cuando no hay fractura entre lo que se hace y lo que se dice. Maneras de vivir. Coherencia. Inteligencia emocional dirán algunos. Hombría dirán los piensan que la hombría es incomoda para los cobardes. Los que se atreven a preguntar lo que no se quiere contestar. Los que se atreven a cuestionar la estabilidad. Los que disgustan a los dormidos. 

Para los que no se resignan es este manifiesto. Un estado de conciencia. Una oportunidad para no claudicar de lo posible.

Para todos lo que están llenos de abulia, de sosiego y derrota no será de su gusto lo que hoy tenemos en las vitrinas.

Averigüemos si es verdad lo que nos han dicho.

Hoy vamos a desasosegar.

Militemos con José Saramago para conquistar dignidad para el vivir.

Sergio Astorga
Tinta/papel

miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿Será cierto?



Alguien,  me dijo que las costas del infinito están erosionadas.

También me dijo: la soledad es soluble en agua.

¿Será cierto?

Sergio Astorga
Tinta/papel

lunes, 12 de noviembre de 2012

La merienda



Las sabanas olfateaban el momento. Limpias, perfumadas con ese aroma de lavanda tan digestivo para los amores que prácticamente no había manera de evadirse. La rotación de cuerpo coincidía con la mirada. Las manos escondidas eran la respuesta. La casa oscura y ninguna fotografía sobre la mesita de cama.

- Es curioso, se dijo. Tantas veces he visto tus contornos y ahora siento que no acabas. Te me expandes como el discurso. Como el apetito.

Entonces, sólo entonces, de una bocanada se alteraron sus papilas gustativas y rebuscó entre sus sueños el manual de la merienda. 

Sergio Astorga
Tinta/papael.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Al momento



Agazapado en mi propia tinta, el nudo ciego se desata.

Sergio Astorga
Tinta/papel

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Burbuja urbana



Recobrado su aliento después de jugar en el parque y arrojar piedras a las lagartijas merodeaba por su ciudad sin ánimos de regresar a casa. Entre calles adoquinadas y oleadas de futuro pegado a su nariz miraba los edificios cubrir a intervalos al cielo huérfano. A su lado, los grandes almacenes resucitaban las pretensiones cotidianas. No tenía ganas de realidad y cruzó la calle para mudar de aires. Glorieta de la Amistad, se leía en la placa, sin emoción decapitó la glorieta  y en línea recta llegó a la Plaza de la Victoria. Hizo una pausa para sujetar los cordones de los zapatos. Respiró como si escuchara las voces de siempre, esas palabras solares que se diseminaban en su cabeza.  Se sentó en una banca y con la mirada subió las ramas del árbol que tenia de frente. El mundo le pareció pequeño. Como si fuera un vientre creciendo. las imágenes de su ciudad se pegaban unas a otras cubiertas por una gran burbuja transparente. Del bolsillo de sus jeans sacó un cordel rojo para amarrar la burbuja con los edificios reclusos en su interior.

-Mama, yo quiero un globo como ese.

- Niño –gritó la mamá. ¿Dónde compraste el globo?

- No lo compré señora. Lo pensé.

- ¡Ay que fastidio! Que niño tan majadero.

- Mamá, yo quiero uno.

- ¡Cállate! Dile a tu papa.

- Pero él no piensa.

Sergio Astorga
Tinta/Papel

martes, 6 de noviembre de 2012

Pura linea



En paz y en orden mutilada por el cielo.
En sus pupilas no hay crimen,
sólo agua que escurre hasta sus muslos.
La hembra no es mártir
en la ronda de las fieras.
No hay pétalos en el asfalto,
pero muchas gotas locas
corren por las calles.
La brevedad es un rapto de vida
ya que la forma 
intuye que es efímera.

Sergio Astorga
Tinta/papel.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Oferta del mes



Ya que usted lo pidió y la Bodega del Abarrote se complace en repartir bulla y escaramuza les presentamos la oferta del mes de Noviembre a un precio atractivo. Se lo enviamos a todo el mundo conocido. El precio es el mismo de la oferta de octubre. Sólo tiene que enviarme un correo electrónico y de inmediato le diremos los pasos a seguir.

Ya que venimos del agua hoy sale y durante este 
mes o antes si usted así lo decide, el dibujo El Sireno  tinta sobre/papel  21 x 20 cm. que esperará a ser llevado a un nueva costa.

Disculpe las molestias que esto le causa. 

lunes, 29 de octubre de 2012

El fruto



Cuando el apetito causó la ruina a la luz de los siglos y la oscuridad dejó sudores en la frente y dolores de parto en los destinos, el fruto siguió engordando rojo y saludable. Llegaron aves de rapiña, carnívoros pestíferos y bípedos arrogantes. Ninguno de ellos pudo saciar su hambre ni dormir tranquilo.

Cuando el sol empujaba al mundo ya con desencanto, salió, goloso, un pequeño bicho mitad oruga y mitad reptil, con el cuerpo frío y pegajoso que, sin preconceptos, se apostó debajo del fruto y desarrolló su lengua.

Desde entonces, los monstruos marinos quieren volver a contar sus historias.

Sergio Astorga
Tinta/papel

viernes, 26 de octubre de 2012

Llegó




Ha llegado del sur para iluminar la penumbra. Tú serás el sol, le dijeron. Aceptó el honor y desde entonces se quema como leña madura.

No todo fue gloria, del norte llegaron los búhos para arrebatarle el día.Tú serás la luna, le dijeron y desde entonces los coyotes salen a su encuentro.

Comenzó el día y la noche y los pies humanos comenzaron a pisar la tierra y les crecieron los cabellos en sus cabezas. 

Después vino la sangre y la culpa y el silencio inició su llanto sin consuelo.

Por fortuna, la percepción del mundo cambió con la nueva versión del IPad con 64 GB con conexión móvil integrada.

Sergio Astorga
Tinta/papel

miércoles, 24 de octubre de 2012

El hinchado



Cuando regresó del psicólogo tenia girando dentro de su cabeza dos posibles dictámenes. 
El engrandecimiento de su autoestima hasta el grado de la adulación fue el primero. La acumulación de convicciones fallidas hasta el grado de la glotonería fue el segundo.

Durante tres semanas la vacilación se aglomeró, hasta que bonete en cabeza, decidió elevarse para la fascinación de los lectores.

Sergio Astorga
Tinta/papel 

lunes, 22 de octubre de 2012

Núbil



Con las ansias naturales de sus líneas blondas y robustos pómulos han pasado las lunas menguantes y sus dedos ágiles han tocado la espuma del sobresalto. Sus tardes se han dejado traspasar por las miradas de otras hembras y finge que su instinto no sabe de las maldiciones que se pegan en las bocas. Ella, nutritiva, se envuelve con la danza del peligro y se abriga en la llama de su esplendor secreto.

Sus noches son desiguales, al fin buscadora de amor. Nunca se cierra el círculo y su fiebre permanece cautiva entre sus brazos. Sus olores nunca titubean y sin freno, se expanden desnudos para aterrar al macho inútil.
Ella se alimenta de frutos secos y zurce y descose el manto de la espera y nunca se le ha visto abandonar los telares ni la urdimbre. Sus huellas siguen el rito eterno de hallar de noche al otro.

Si alguna vez tienes la suerte de encontrarla tendrás que quitarte las botas y las mañas, y ser un mucho femíneo,  como la manzana.

Sergio Astorga
Tinta/papel 20 x 30 cm.

jueves, 18 de octubre de 2012

Por las galleras



Al final del patio - las galleras con sus puertas de alambre, sus paredes de cal y los techos de lámina negra de cartón - habitaban los gallos de pelea, los héroes defensores contra los espíritus que deambulaban por la casa de Simona. Abuela blanca como la leche que desvariaba por las habitaciones afectada por la falta de riego en su cerebro. Grano a grano fue perdiendo la arista de la realidad y los oleajes de sus espectros, dejaban el surco para las visitaciones incandescentes, que de niño, con febril respiración miraba pasar. Altivos, los gallos de pelea cantaban uno a uno sin mezclar sus voces. 

Con el buche lleno después de haber comido su maíz combinado con huevo cocido o sardina para que la pluma brillara; parecían pavorreales dominicales, rascando la paja en su gallera y desafiando al otro, ya giro ya colorado, para futuros combates que nunca vi.

Yo les tenia miedo, cuando me acercaba se excitaban para mostrarme su espolón. Muchas veces recibí un aletazo seco o un picotazo irascible en mi brazo, por eso al darle de comer le tiraba un puñito de maíz para engañarlo y con la otra mano, le dejaba la comida en su lata de aluminio. Triunfante tomaba la cubeta y me iba al pilancón para llenarla con agua para darles de beber, ellos, frenéticos devoraban su maíz rechinando sus picos contra la lata en una cacofonía delirante. Saciados, bebían mucha agua para que la pechuga creciera al doble. Los gallos eran anónimos, sólo uno o dos merecían un sobrenombre: “El bravo” ‘El sobreviviente” los demás los identificaban por signos corporales, la cresta chueca, el pico negro, la pluma jaspeada, el espolón como papa. Yo nunca supe distinguirlos, me provocaban dos sensaciones opuestas: el respeto que se tiene a un gladiador y el miedo a lo sobrenatural, ellos, los gallos de pelea podían presentir las visiones de un mas allá, tejido por historias familiares.

Cuando la noche llegaba y sus parpados se abrían me crecía la espiga del miedo. La abuela comenzaba a platicar con la tía Jocoba, muerta hacía más de veinte años y el Conde entraba por el zaguán con su traje de levita. Los gallos comenzaban a agitarse incómodos, aleteaban como si quisieran alejar a los visitantes.Yo, escondido en la cocina, abría los ojos tratando de ver al conde o al guardián del tesoro, que vigilaba, me decían, los talegos de oro enterrados a un lado de la gallera. Clavado en el piso, sin moverme, escuchaba la reparación de los gallos y la angustia de mi abuela preguntando:-Tía Jacobita, ¿dónde estas? Tenemos que darle la leche al niño.

Los gallos ya no existen y Simona encontró a la tía Jacoba, pero al final del patio siguen las galleras, y huérfanos,  el Conde y el guardián siguen penando por el patio. 

Sergio Astorga
Acuarela/papel 30 x 50cm

lunes, 15 de octubre de 2012

Cuando el tren se marcha



De tanto esperar al tren se le rompieron las rodillas. Progresivamente el fierro de sus huesos deambuló  por los andenes relativamente saludables. Pocos lo han visto. De noche es una inquietante  luz roja dando círculos y de mañana se abraza al reloj de la estación e intenta mover el minutero sin conseguirlo.

Sobre cada pupila abierta a la llegada del tren hay otra mirada sin  peso que nunca sabrá lo que es ir o venir. Tal vez, las imágenes ya oxidadas se encajen en las esquinas del viaje y los caminos se crucen en la espera, sonámbulos,  sin alcanzarse nunca.

Los perros ladran como si presintieran la llegada. Pero no existen ni pies ni cabeza en este éxodo. Dentro de este tiempo hay otro tiempo que ya se ha marchado por otras estaciones que arden y se apagan. Por eso, cuando el tren se marcha, una madeja se le enredó en el pecho y mil astillas se clavan a cada instante.

Sergio Astorga
Tinta/papel.

viernes, 12 de octubre de 2012

La cara Bela



Fue en el año en que la hostería cerró sus portones cuando tuvo la redonda idea de salir a los mares. Le llegaban cartas de navegación  por correo y con ellas dibujaba, la mayor parte de las noches, geografías imaginarias. Cinco años atendiendo la hostería le dejaron buenos ahorros que utilizó para encomendar a un buen carpintero la embarcación que le permitiría descubrir una nueva ruta para su monótona existencia.

Zarpó un día de viento suave y sostenido. Como no era muy grande su barca las provisiones eran limitadas. Sabía que si seguía con rumbo al este encontraría alguna tierra prodiga para reabastecerse.

Durante dos meses estuvo navegando en círculos sin ver tierra, ni cercana ni lejana. No tuvo oro, ni plata. No corrió sangre y exhausta regresó a su punto de partida pensando que el mundo era redondo.

Desde entonces se le miraba en los parques contando la historia de su viaje por unas cuantas monedas. Para acrecentar su infortunio a las gentes no les gustaban sus historias porque no había salvajes, ni sangre, ni oro, ni plata.

La cara Bela sin dejar que su vida hiciera agua,  ahora inventa historias de amor para los despechados, con un éxito envidiable.

Sergio Astorga
Tinta/papel

miércoles, 10 de octubre de 2012

De como gravitó por los cielos




Bajo el peso de su estrella prospera su loco amor a los cuerpos celestes para seguir divagando por los futuros entrevistos. Ha visto el vértigo del negro
y cuánticos pensamientos nutrir los abismos.

Fue una noche como esta, borrosa y disuelta cuando encontró, después de leer los mitos de la serpiente emplumada,  el bochorno del encierro. Desde ese instante su interés por levantar la vista es la razón de su existencia. Embebido en este afán, su cántaro comenzó a llenarse noche a noche. Boca arriba, largas horas observaba y mentalmente, consumaba planes de vuelo. No fue infructuosa tal espera, de su lomo comenzaron a nacer pequeños apéndices que en una semana tomaron forma de alas. Sus ojos se transformaron en un catalejo digno de
Tycho Brahe y sus fauces degollaron constelaciones en un abrir y cerrar.

Ni el canto de la rana ni la locura del poeta podían mitigar su vagancia espacial. Él tiene un atisbo fidedigno y una órbita elíptica que encanta. El mundo por eso exclama que todo infinito se mira desde una estrella que se fuga.

Sergio Astorga
Tinta/papel 20 x 30 cm.

lunes, 8 de octubre de 2012

Dulzor



Hay un tiempo tan tiempo, tan dulce, 
que lo que esta tan lejos no tiene bulla.  
Si hay algo de amargo 
estará tomando el sol por otros huertos. 

Así se curva el corazón cuan va a pie. 

Si uno lanza una línea desde la lengua  
hasta la mañana próxima
el cuerpo entero se llena de un castaño,
frondoso como la frente de sus ramas.

Desde la nuca se palpan los jamases
para que los años se quiten la camisa.
Son momentáneos los jalones, que a ratos,
enseñan lo sucio de otras horas
y lo gorda que ha quedado la mentira.

Hay un tiempo, el otro, 
que esta en el mismo ahora,
que nunca llega tarde, 
que siempre esta de feria,
como esta hora a tiempo que se curva
dejando unidas el adiós a las navajas.

Sergio Astorga
Tinta papel 

sábado, 6 de octubre de 2012

El callado



Fue conocido por tragarse las palabras que rompieron los días apacibles. Escondidos en la mano los puntos finales fueron esparcidos como cenizas en los campos de maíz, cuando el espantapájaros no había llegado con su pantalón amarillo paja. Nunca le faltó un paréntesis en su memoria y sus actos no fueron adjetivados con recursos fáciles y el altavoz se quedó  enjuagando su ortografía.

En su casa vive con la cucharita de azúcar en los signos de interrogación. Traslada las conjugaciones al frasco de las cosas perdidas y en el arcón se encuentran varias ediciones de Saussure y varios discos de Cri-Cri.

El complemento directo ha sido su esqueleto y el endecasílabo fue el vientre más amado por algunos años. Es natural que entre tantas bocas le creciera un gran bulto en la tráquea que lo ahoga sin ahogarlo, que le deja el sintagma adolorido en sus cuatro costados. Por ventura, con la navaja ha dejado inscripciones en varias tablas y sus pobrezas se confunden con su oficio.

Es natural que entre tanto abecedario decida, como todo hombre sensato, cabecear en el silencio.

Sergio Astorga
Tinta/ papel 21 x 29 cm.