miércoles, 30 de enero de 2013

Remplazo



Las palabras que le unían se fueron separando de su cuerpo y sus rasgos interiores, ya descarnados, se trasformaron en un palpitar de crisálida. Los signos cambian a lo largo del trayecto y ya no podemos definir como lo hacíamos. Hay que improvisar, decir por ejemplo, que sus hábitos de ciudad no harán destino y que en su nuevo organismo tendrá que ser cortejado como recién nacido. Saludable, transformará su sexo por ramas húmedas que crecerán cuando repose el agua. Difícilmente se arrastrará hasta llegar al tallo que trepará como si fueran las murallas verdes de su primera historia. Intacto, no cambiará ni de postura ni de silencio.

Tal vez alguna lagartija lo mire y comparta la yerba amarillenta y vuelva a unir las palabras que se han extraviado entre lo que es y lo que fue. 

Sergio Astorga
tinta/papel

martes, 22 de enero de 2013

La escalera



Asustado por su propia sombra fue a buscar al sótano el viejo espejo donde su padre se miró en tiempos de angustia. Encontró la escalera y la soga, mal presagio. Repulsivas  moscas revoloteaban exhibiendo la silueta cadavérica de un gato, tal vez muerto por el hambre. Impávido, sondeo la situación, ensimismado recordó que no era la primera vez que el abismo lo atraía. Esa cosa negra y pegajosa que durante días se colgaba como otra consciencia. Muchos hombres antes que él, habían sucumbido al tratar de encontrar su escalera y subir en ella. La angustia no tiene contornos y en poco tiempo el espacio vital se va haciendo insoportable. No era un gran lector, así que pensar en Poe, es inútil.
Perdido, como todos los hombres que se encuentran,  trataba de hallar el espejo para intentar descifrar la sombra que lo perseguía a cada paso. Su padre lo había conseguido; al mirarse en él, congenio sus rencores y apaciguo la sensación de fracaso al no poder encontrar la entrada ni la salida de ese abismo que lo consumía. Yo no lo conseguiré- se dijo. He sido mal creyente y mal amigo.
Abatido por no encontrar el espejo, regresó a su cuarto y sin resentimiento comenzó a subir la escalera. Indeciso, subido en ella, dejó que la sombra tomara su lugar.

Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm.

martes, 15 de enero de 2013

La mesilla



Los espacios en blanco de la tarde son  llenados por  los objetos que nunca mudan. Ningún adiós entre su porcelana o barro; ningún desvanecimiento por noticias colindantes o apartadas. El tiempo se estanca en el dintel de la puerta y los secretos de tanta conversación se quedan como estampados en las paredes. Tangibles, los deseos de compañía  quedan mirándose uno al otro como si la manzana compartida no fuera suficiente para sostener una vida.

Fugitiva la luz repite sus pálidos brillos. Se quiebra la jornada y de la libreta de direcciones se exilian los nombres a otra mesa.

El café ya está frío.

Sergio Astorga
Acuarela/papel.

jueves, 10 de enero de 2013

Tocata y fuga



La noche se mueve ola arriba con un azul rock and roll.  Alertas,  cruzan las aletas de los escualos  Hoy no hay blus. Algún hechizo de gitana tropieza con la playa y los piratas que surcaban invencibles estas aguas, se han escondido en sus cofres y solo navegan las natas de petróleo.

Los astros siguen su rumbo y un bolero de amor suena en la radio.

¿Qué haré cuando se vaya la luz?

Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm.

martes, 8 de enero de 2013

A la misma hora



Hirsuto como el bismuto busco en la humana humanidad algo que ya no existe.
Un balcón hacia el vacío es el recuerdo. ¿Lo sabías?
Me quito los guantes, no uso sombrero.

Sergio Astorga
tinta/papel

viernes, 4 de enero de 2013

Eran cuatro



La mayoría de los testigos afirman que llegaron por el sur, pero todo mundo sabe que esos testigos eran a modo, deshonestos pues. Por unos tragos de agua ardiente podían jurar haber visto las hazañas del Amadís de Gaula o de Jasón en primera fila.

A la mañana siguiente las evidencias eran claras, un olor a orín como el que se huele en los zoológicos, penetraba todos los muebles de la sala; nuestros zapatos estaban en desorden; en el sofá una capa verde y una corona de plástico delataban su presencia. El año anterior olvidaron unos pantalones de seda carmín y un paquetito de incienso, del más corriente.

Yo sé que son cuatro y vienen del norte. No entiendo ese afán de venir cada año, si saben muy bien que en esta casa ya no hacemos fiestas de disfraces.

Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm. 

martes, 1 de enero de 2013

Los Arcanos, Calendario 2013



Porque usted no lo pidió pero yo lo intuí: el Abarrote pone a su disposición y a la venta, Los Arcanos, Calendario 2013.

Para que ya no espere mes a mes lo que le depara el destino, no se sienta agobiado, triste, con dolores mensuales de inexplicable origen. Ahora usted podrá tener todos los dibujos y los arcanos en un solo objeto. Impreso en blanco y negro en tamaño A4 el mismo tamaño que en las américas llamamos tamaño carta. Impreso por una sola cara en papel con fina textura. Usted lo puede pedir en papel blanco o en papel crema. Disfrute del Arcano del mes y construya su devenir sin necesidad de intermediarios olímpicos o mundanales.   

Por la exigua cantidad de 10 euros (o su equivalente en la moneda de su país) puede adquirí Los Arcanos, Calendario 2013 y a vuelta de correo le llegará sin costo alguno (el envío)  a la comodidad de su hogar, oficina, taller, miscelánea, empresa, escuela, universidad. Donde usted lo decida ahí le llegarán los Arcanos. Solamente tiene que darme el sí, y a través del correo electrónico astorgaser@gmail.com el Señor Rubalcaba (ya conocido por algunos) se pondrá en contacto con ustedes para ultimar los detalles.

El Abarrote les reitera su gratitud por acompañarme a lo largo del año que ha dejado huella en nuestra mente y les desea que el año que comienza hoy sea de su agrado, es decir, que se les antoje vivirlo a plenitud.

Espero el alud de “Sis” para enviarles: Los Arcanos, Calendario 2013.

Abrazos, que son los arcanos de la casa.

Sergio Astorga

*Permiso siempre en trámite y recuerden que no tenemos sucursales.