Dicen que la adolescencia es un lujo de occidente. Que todo es un buscar para hallarse. De tal modo, que los ojos que se miran no encuentran su lugar entre su cuerpo.
Con agudeza clara, el tiempo pasa raudo como sabiendo que a cada hora le llegará su nostalgia.
Hay una tristeza vieja, lo confieso, que se hospeda en esa fotografía; en esos trenes que se han ido, como esa gana de buscarse en lo leído.
Sergio Astorga Estación Oriente de trenes, Lisboa, Portugal.
5 comentarios:
Bello. Todo.
Bello. Todo.
Sergio, cuando los cimientos de la adolescencia se construyen como los grandes soportes férreos de esa estructura arbórea del andén que nos aportas el viaje del resto de la vida suele ser altamente gratificante. Buscarse de nuevo en lo leído pasará a ser una forma de recrearse sin ningún tipo de tristeza, a modo de quien mira un álbum de fotos del pasado.
Un abrazo.
Araceli, hay una luna preta que retrasó la respuesta. Gracias por venir a mirar cómo el tren se fuga.
Abrazos en el anden.
Alicia, la palabra adolescente viene de adolecer, los cimientos son tantos que el futuro siempre será una incógnita.
La adolescencia se padece me dicen algunos, para otros, es el el mejor estado.
Cada quien espera su tren y su partida o su llegada.
Abrazos en la estación
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