Sin remos, alguna barca se hundió en el coral. Los tímpanos se reventaron y un manto de peces lo llenaron de tinta azul. Los buzos marinos dicen, cuando bajaron al fondo del mar, que encontraron monedas de cobre y un llavero con cinco llaves.
Fue en las costas del Mar de Cortés donde se le vió la última vez, su prima Ángela, lo espera en la playa cantando la Barca de Guaymas, ella no sabe del furor uterino que consume a las sirenas.
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