- Oye, ¿me coloreas este dibujo?.
- ¡Claro!
- Mi mamá me lo compró y como tu tienes muchos colores. Yo tengo pocos, sabes. ¿Tú, por qué tienes tantos?
- Los fui guardando. ¿Sólo tienes esta hoja?
- Si, este dibujo es el que me gusta, los otros no.
- Bueno.
- Este dragón tiene unas botas como las mías.
- Ya te diste cuenta que no es dragón. Es dragona. Tiene un vestido.
- ¡Sí, es cierto! Mejor, a mi gustan las dragonas. Oye, ¿lanzan fuego ellas también?.
- Por supuesto. Pero ella es maga. Adivina.
- Ya sé. Tiene esa bola de cristal para ver el futuro. Es lógico. Ándale, deja de hablar.
- Bueno.
- ¿Por qué pones azul el vestido? No combina. Yo lo podría blanco para contrastar con el rojo. ¿Qué, no sabes?
- Pues ya lo puse.
- ¿No lo puedes borrar?
- No. Son plumones.
- ¿Y porqué no usas acuarela? Por eso vine.
- El papel es muy delgado y no aguanta la humedad.
- ¿Por qué usas esas rayas?
- Es una técnica, una manera de poner color.
- Mmm… No se ve mal, pero le voy a pedir a mi mamá que me compre otro libro.
- Bueno.
- ¿Me prestarías tus colores?
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