miércoles, 29 de abril de 2020

Consonancia vital


En su enconchado carácter el caracol sale al mundo con esa displicencia característica del que se siente protegido. Entre el cyclamen y la bugambilia se pasa la vida devorando las hojas. Nuestro jardín lo tolera. Un pacto territorial parece convenido. 
Hace una semana todo se trastocó. El caracol se salió de la habitual ruta para meterse en los charcos de agua dejados después de regar.
La concha fue creciendo y se escapaba por su laberinto un sonido de mar. Al darme cuenta de inmediato fui a la cocina por un puñado de sal. Lo esparcí sobre el charco y el caracol parecía cantar. 
Se acerca la temporada de lluvias. Estoy preocupado. Creo que los dos, entretanto, viviremos dentro de casa. 

2 comentarios:

Manuela Fernández dijo...

Qué original ¡¡¡ Me ha gustado mucho.
SAludos.

Sergio Astorga dijo...

Manuela Fernández gracias por venir a los Antojos. Un abrazo.