jueves, 21 de febrero de 2013

Entre búhos




Llegaron en tropel, transitorios y apurados. Plumajes limpios y ojos bien abiertos. Sus picos desde las cinco de la mañana brillaban como espadas de buena ley. Entre ellos se entrecruzan las miradas brutas y mudas. Se amparan antes de comenzar, aleteando las posibles penas que su buen juicio dejará caer concluyente. Un murmullo dogmático cubría la sala y el acusado teórico con un parche bibliográfico y una cita amarrada en su espíritu noble, esperaba resignado el dictamen. ʺTodo es igual- decía, el espectáculo de la equidad tiene siglos de avaricia. Sólo dientes en mi cuerpo básico. El sueño no se reconoce en estos murosʺ.

EL búho mayor, con sus plumas caireles. Con su máscara de axiomas subido en el gran libro desplegaba su sapiente tufo. Sus colegas mirando el reloj, con resentimiento acomodaron sus bonetes y con altaneros chillidos apuraban el veredicto. Bañados de vanidad, los que tenían plumas amarillas, pedían un tormento chino para el acusado.

Desde el fondo de la sala un pequeño rostro desencantado, con el libro de Erasmo bajo el ala, buscaba con los ojos encontrar el despertar de la consciencia. Pero nada más implacable que el alma metida en un pozo. Al lado de él, tocado de purpura y de armiño, un lechuzo pedía la excomunión súbita, sin tener en cuenta que desde los tiempos de la reforma no había más fuego que el de la mirada de los otros.
Ensimismado, ceñido por aleteos románticos, el secretario, con su garra bien afilada trazaba catillos en ruinas de rara delgadez. La balanza solitaria colgaba del techo, se balanceaba estéril en tanto el búho mayor se aprestaba a emitir la sentencia.
El veredicto esː Culpable en segundo grado. Lo condeno a pasar el resto de sus días enjaulado.

El acusado, metido en sí mismo, enciende la lámpara, mira su reloj. Con la seguridad conceptual del momento se explicaː guardaré el mapa, tal vez mañana si descubra el tesoro.

Sergio Astorga
acuarela-papel 

viernes, 15 de febrero de 2013

En pareja



Sobre la cama se extiende el calor de tu vientre. Sube una  línea de sueño por tu rostro y el centelleo te tu amapola se apoya en los codos de la noche. La mirada te descubre de mañana con tu camisa que trasluce el día. Ilesa, nadas entre hogueras y los terrores de tu infancia caen densos en esa sombra que llevas detrás de la oreja. Te recorro como adivinanza y de súbito, se derrama mi voz por tus dedos. Dormir en ti, te lo he dicho, es morir un poco, es olvidarme de mi carne y convertirme en agua. Rápidamente me despierto cuando saltas de lengua a lengua y cifras escrituras que no comprendo. Así es tu follaje: aéreo, tan carnal, que la sangre a borbotones me desnuda. Tendido estoy entre las sabanas; parpadea enamorada toda la tierra. La garganta se calla por inútil y los racimos de dudas se rompen a pedazos. Es más humana la piel cuando se frota.

Ya no puedo dudar: la palidez de mis horas se entusiasman cuando viven en pareja.

Sergio Astorga 
Acuarela/papel 20 x 30 cm. 

lunes, 11 de febrero de 2013

Entre dientes



Diente a diente se comía la soberbia. Le sabía bien, un sabor a hongo, decía. A tierra  abultada, confirmaba. Lo conocí  el día del Tlacuache, cuando los danzantes visten de pantalones amarillos y los tambores secretean sus sonidos entre los árboles. 
Él era hombre de trabajo, de manos calludas que sabían machacar  la arrogancia, esa que va creciendo como la yerba al lado del camino. Después de comer se puso a descansar.

Los señores del inframundo festejaban la partida del día. Los lazos de las horas comenzaron a quedar inquietos y los retazos de luz se fueron quedando en los rincones.
Mañana vamos a sembrar para que dejes algo vivo -me dijo. -No te puedes ir así, a lo vacío. 

No hice caso y desde entonces traigo la jactancia entre los dientes.

Sergio Astorga
Tinta/papel

viernes, 1 de febrero de 2013

Febrero Comestible


Este Abrarrote preocupado porque no falten las viandas en su mesa. Impaciente procura que su paladar comience a partir de la mirada. Agitado porque los jugos gástricos no acaben con su buena disposición de carácter. Y sabiendo que ya tienen su Calendario 2013 Los Arcanos en casa me siento aliviado.

La oferta del mes no puede faltar en este febrero comestible y ponemos a sus órdenes esta acuarela en papel de algodón con medidas de 10.5 x 33 cm. ideales para tener una digestión alargada.

Como todo mundo sabe, no hay costo de envío a cualquier parte del mundanal ruido. El precio no afectará a su canasta básica, sólo 95.99 euros (o el equivalente en su país) y será enteramente suyo.
No deje sus paredes hambrientas. Espero que me escriba y diga: lo quiero, porque querer es poder.

Le reitero mis buenos deseos para el mes que inicia y como pueden leer en su calendario, el Arcanos de febrero se lee:

Por encima de las palabras. Por encima de las imágenes. Los mezquinos deseos de los hombres quedaron solitarios y el humo luminoso de la infancia volvió a iluminar el fusco globo.

El dibujo ni se los platico puesto que ya lo están viendo en su calendario.
Buen febrero para todos exceptuando a los políticos de cualquier partido.
Sergio Astorga