Con la elegancia de Enrico Albertosi, el gesto firme de Oliver Kahn y la elasticidad de “la “araña negra” Lev Yashin, el “Cuate” Fernandez pasó los últimos 15 años de su carrera bajo los tres palos. Nunca imaginó que estaría bien asentado en la linea de meta y que el achique sería una de sus cualidades mas apreciadas. El paso por la normal de maestros, vocación que tuvo que modificar y pasar a una actitud mas ofensiva, le dio una visión de cancha que le envidiaron sus antiguos colegas. Al verse en la alineación de la Escuela Mártires de la Libertad y percatarse del salario a ganar, tomó la decisión de convertirse en agente libre. Se probó en la reserva de varios equipos de primera división. Debutó en la temporada 95-96 y ha defendido los colores de tres distintos equipos.
Sus antiguos colegas, con el programa escolar bajo el brazo, al pasar por el puesto de revistas y ver la fotografía a todo color de Fernández en primera plana, en un atajadón de locura, no pueden mas que decir a tambor batiente: que suerte la del “Cuate”.
5 comentarios:
Sergio, ojalá que el dinero que mueve el fútbol profesional empezase a remover la conciencia de muchos. Sin duda que no me refiero a este y a otros deportes vividos desde la ilusión y no solo por el mero negocio en el que el valor del contrato de un individuo acabaría con el hambre de centenares de seres. Por otro lado, mal vamos cuando un negocio como el fútbol es capaz de mover a grandes masas humanas que se quedan petrificadas ante tantas y tantas situaciones injustas. En fin.
Mi reflexión no quita mérito ni a tu obra ni a tu texto.
Un abrazo.
Feliz Mundial amigo, con suerte para nuestros queridos países! Un abrazo,
Alicia, la ironía es la pelota me toca jugar a mi.
Abrazos en offside.
Myriam, un gusto saludarte.
Abrazos en medio tiempo.
Myriam, un gusto saludarte.
Abrazos en medio tiempo.
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