La faena era encontrarse. La belleza animal lo iluminaba y nunca dejó de saberse danzante entre las sombras.Todos los días avanza en ese redondel fatídico y cuando más se acerca menos sabe de la luz de Prometeo. Es una gran fiesta eso de vivir entre dos mundos. Cargar la suerte o huir despavorido. Por mucho brillo la soledad es una. Ejercer un oficio es cosa de limpiar los pitones con la propia carne, por eso es difícil unir los fragmentos de cada tarde en una sola forma.
Encontrarse es una revancha del miedo. Eso lo sabemos todos tarde que temprano. Por eso brindamos, por si alguien nos observa.
Acuarela/papel
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