Subimos juntando nuestras fuerzas aferrados a las irregulares piedras que como picos nos salían al encuentro. A tientas, endurecidos por la neblina pensamos que no volveríamos a sentir lo planito de la tierra.Tuvimos miedo, se nos secaron los ojos, arrastramos el tiempo que pasaba lento, pesado, ampollado de tanta subida. Fuimos juntando coraje y seguimos. La cima esta cerca, pensamos. Y si estaba, cuatro horas nos separaban de esa soledad de estar arriba. El cuerpo aliviado se adormeció.
Cuando bajamos, la cosa se ve de otro modo, como si la unión de dos voluntades nos iluminara las caras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario