Llegar es siempre empezar.
Caminar y encender la luz.
Otra luz, la misma con distinta agua.
Otra manera de mirar.
Otro lenguaje.
Inventar otro cuerpo dentro de mi cuerpo.
Los Álamos: cuatro sílabas nuevas
entre piedras y relámpagos,
entre la explosión de la materia
y el silencio de la muerte.
Aquí se levanta y se olvida ese recuerdo.
Los Álamos es una ciudad abstracta,
repleta de voces y de pájaros.
Es la noche de montaña.
Un coyote devora los nombres de mañana
y un cuervo deja su sombra por el aire.
Si extiendes la mano,
un rostro desconocido tal vez abra los ojos
y el tiempo que se fue te deje nueva sangre.
Llegar es siempre empezar,
Aquí, al pie del álamo.
Sergio Astorga
Los Álmos, acuarela/papel 37 x 58 cm.