sábado, 30 de julio de 2016

Melenudo


Desde el primer rugido de la mañana una pereza selvática se deja sentir en los endurecidos oídos de la leona. Vencido, abandona su embate para comprobar que al alzar la voz sólo se desgreña, degradando su estirpe leonada en un amarillo de polluelo destartalado.

sábado, 23 de julio de 2016

Sin parar


No hay noticias del autobús por eso andará a pie la curva del camino y preguntará, como cuando era niño, dónde comprar una torta de salchicha con huevo para tener a raya la conjugación de los verbos. 

miércoles, 20 de julio de 2016

Vigésima quinte columna


Algunas columnas conviven sus estilos en la ecuménica paz de la piedra.

Fotografía: Portal lateral da igreja (à esquerda) e portal do Convento das Clarissas (à direita). Igreja de Santa Clara, Porto Portugal.

lunes, 18 de julio de 2016

La protesta


El espíritu redondo y sin espinas salió entre lechugas y coles a protestar, con ajos y cebollas, la manera grosera con que la pimienta y la sal expandieron sus sabores. Quedamos atónitos. La sopa transcurrió sin contratiempos, un poco fría para nuestro gusto, pero sólo eso, nada amorosa, frialdad burocrática. Cuando se sirvió la ensalada, como un puñetazo en la mesa, apareció, radical, una verdura de estirpe dudosa, Pasaba entre los platos y tenedores, firme el paso y exhalando un picante olor desconocido.
Nos dio un poco de pena verlo tan entregado y tan sincero. ¿Cómo le decimos que en esta casa mandamos comprar la comida?

domingo, 17 de julio de 2016

Vigésima cuarta columna


Algunas columnas derivan en personajes que nunca estuvieron en la ciudad que los esculpe.

Fotografía. Luís Vaz de Camões, no cunhal (esquina) de la Livraria Latina, Oporto, Portugal. 

sábado, 16 de julio de 2016

Sin novedad enfrente


Como todos los siglos salió en su caballo de filigrana a mirar el vasto imperio conocido de todos los días. Cabalgó con el pecho henchido siguiendo al sol con su férula de luz. Miró cómo los esqueletos seguían destilando en los tinteros de la unión de los países; de la altura se veían los números bancarios retozando y de la tierra para abajo, las medallas marchando en orden alfabético, ahí donde las calaveras reposan asustadas.
Por instinto y sin estrategia temió que su caballo quedara estático. Enfiló camino de regresó, al trote, con las sienes apretadas. Su aliento, con sabor a col y a sudor de espada, llenó sus horas revisando mapas para salir por un atajo sin tanta desdicha. 
Todo esto lo pensó en voz alta.

jueves, 14 de julio de 2016

Vigésima tercera columna


Algunas columnas son tan voluptuosas que incitan a la rectitud.

Fotografía: Cámara Municipal de Braga, Portugal.

miércoles, 13 de julio de 2016

Next stop


El traqueteo del día comienza en la esquina. Un tropel de espaldas, monederos, portafolios y siluetas de destinos como café humeante esperan, siempre esperan, la misma ruta 25. Describían sus ojos elípticas mirada, estiraban sus cuellos y miraban sus relojes tiznados de tiempo.
Siete de la mañana indiferente, descolorida, ocupaba la esquina como uno más de los anónimos labios, que apretados, esperaban la llegada del autobús. 
Cuando los días se aglomeraban insulsos haciendo fila, en el anuncio de parada, se posó como un pájaro curioso, un ángel con espada  Adormecidos, los rostros de los “esperantos” desconfiaron de la aparición. Un intrépido sacó, como si fuese una espinilla de la cara, el Android 4.002 para tomar una instantánea. 
Para conmemorar la aparición, se imprimió un sello postal que se ha pegado en la parada del autobús. Ahora, el traqueteo de día tiene tema de conversación, si es que una mirada se desvía de la ruta. 

martes, 12 de julio de 2016

Gatrino


Somnoliento en la orilla de su egotismo, se lame, retoza y deslumbrado por su soberanía, el mundo es una pequeño espacio que se goza. Así, con la solidez del instinto nuestro gato se deshace en miles de imágenes y en ninguna de ellas podemos descifrar su misterio. Es un tigre tímido, él lo sabe y marca su territorio a cada instante. Todos sus rostros están grabados en sus rayas que cuando se estiran, al arquear su lomo, parecen una bóveda flexible, de un universo que fascina.
No hay horas huecas en los gatos. Todos sus día son sus días y no hay quimera que lo iguale.
Me olvidaba decir que nuestro gato está castrado, tal vez por eso todo mundo lo acaricia.

lunes, 11 de julio de 2016

Vigésima segunda columna


Algunas columnas, como algunas palabras, sustentan y decoran. Otras quedan absortas, contemplando.

Fotografía: Convento de la Iglesia del Carmen, Lisboa, Portugal.

sábado, 9 de julio de 2016

Por un mezcalito


Le dicen inadaptado porque se ha comido cinco gusanos de maguey. Son interminables los reproches de los biólogos y cocineros, frágiles en su conocimiento del mundo. Todo comenzó por el afecto. Un coterráneo le ha regalado una bella botella de Mezcal, con cinco esbeltos gusanos en su interior. Fue sólo abrir la garrafa, que se trago de un sólo golpe esos bichos tan bien conservados a pesar de su mareo. Diego Blanco, que así se llama el troglodita, bueno, eso dice su vecina que lo devora con unos ojos lascivos más que de náusea. 
Desconsolado, Diego se refugió en su cuarto y no pudo evitar la transformación. Ahora vive donde viven las iguanas, las sierpes y los lagartijas. Con la lengua de fuera, nunca cierra los ojos y las plumas de ave le recuerdan que su estomago se  adaptó como molleja de las gallinas come gusanos. Duerme en los pedernales y las hierba borrachas que picoteaba le provocan un sueño lleno de burbujas y de sonidos como de cacerola oprimida. Sus amigos, conmovidos, todas las noches buscan lombrices frescas en los jardines, las meten una botella y Dieguito, boca arriba va bebiendo uno a uno esos néctares terrestres, él siente por todas partes ese ardor solidario y esa tristeza única de sentirse diferente.

jueves, 7 de julio de 2016

La Botticelli


Todavía se mira subiendo por la escueta ola su cuerpo sabio con el dulce resabio de las ternezas marinas. Bebedora tenaz, sus aflicciones fueron presas en su piel blanca. Su silueta recoge todas las insinuaciones de amor y de envidia. Decían que parecía una virgen de lenta noche o una lágrima de primavera. Su pertinaz mirada de ojos verdes evoca de profundis.
Hubo algunos argonautas que confundieron su talle con los viejos recortes de los vasos griegos. O esos ademanes de viajera, comentan, le daban ascendente egipcio. 
Leyendas o consejas en su conjuro, dicen que su vida fue eclipse de beata. Como los murciélagos, su cielo fue decorativo, como salido de una hendidura. Curvada siempre, con los labios llenos de botella fue perdiendo su hermosura en asueto de sí misma.
La última y lenta gota ya la recorre para que un rayo de luz, como un cetáceo, se beba su marina.

miércoles, 6 de julio de 2016

Vigésima primera columna


Estructuralmente hablando, algunas columnas tienen al blanco hueso como sustento y argamasa.


Fotografía: Capela dos osos (capilla de los huesos) Évora Portugal

martes, 5 de julio de 2016

Durero y su influencia


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Todo estaba cayado en la ciudad. Los pájaros como dormidos, se balanceaban en sus jaulas. Ellos creían que venían de las entrañas de sus padres. No sabían de la existencia de Alberto. Sólo miraban lo que estaba cerca. Cuando vieron el cuadro de Durero: Adán Y Eva, en en un aparador, se reconocieron. Fue entonces que se dieron cuenta que había un prodigio en todo esto. Se renombraron, ella Eva, el Adan. Sin darse cuenta comenzaron a repugnarse. Su despotismo fue tanto, que en su casa se decía que había culebras y comenzó a crecer una espiga de tristeza. Cuando ella, con el puñal señalaba el cuello, él, astuto, temiendo por su vida le dio a a comer un nanche. Ella se precipitó al infra mundo. A los tres días, ella llegó transformada. Con el sabor y frescura de una jícama abrazó a Adán como si fuera un fruto deseado. 

lunes, 4 de julio de 2016

Vigésima columna


Algunas columnas todavía sostienen el vacío de la gloria que imaginamos.

Fotografía: Teatro, Merida, España

viernes, 1 de julio de 2016

Julio


Que no haya enfado en el semblante augusto de los julios corazones. Estamos tan cerca de lo lejos que los huertos ya tienen el sabor de la saliva del verde o del invierno.
Los caminos se juntan con la voz, ya en fa, ya en en do.