viernes, 30 de noviembre de 2018

El vecino de todos


No tenía aliados, ni narradores. Puso su nombre al servicio de las calles y eso no es tener ciudad, ni casa. La ciudad siempre se construye y él está hecho, no necesita más, tiene buen corazón, una mente simple y la convicción que que con ello sus noches tienen la suficiente negrura; como la tuya, como la mía. En la medida que su vida avanza como una línea oscura en un lienzo blanco, combate sin descanso el motivo del porqué se pica piedra, se perfora y no hay refugio. La pena de no tener lugar común, ni de palabras, lo hace triunfar de los motivos insulsos, estúpidos. El cierra la puerta a la pobreza de las horas y solo, sin ayudantes, ni aprendices, va pintando los muros con cal. No se piense, ni se intuya que él no ama la vida. Él ama la caricia del soplo, del impulso de sol que palpita, dice, delante de los huesos, dentro de ellos, con ellos. Abriga deseos de plantar, de que nazca algo, una flor si se puede, un árbol si es preciso. Cuando era niño y se sentía bonito se pinchó el dedo. La sangre lo desborda desde entonces, mana, la va regando por el camino, el de ida y el de retorno.
No le preguntes, no le estorbes. Se buen vecino, vuélvete a tu casa, límpiate el sudor, toma una taza de café y limpia los asientos con agua corriente.

jueves, 29 de noviembre de 2018

Por fin

Ella tenía enamorada la boca de su cuerpo, su saliva, su altanería. Su memoria de día y de noche tiene el gesto de la voz milagrosa del mundo. Ella es dueña de su cuerpo. Su pie pisa la historia lastimosa que le enseñaron. Tiene el pecho con el delirio vigente. Su lectura del mundo tiene el gesto enamorado y libre. Ella decide habitar su cuerpo. Vive en la calle 64 departamento 3. Su sombra altera al vecindario, algo que confunde, que no entienden, abre la brecha, la herida. Ella se sabe dueña. Decide.
Por fin decide.

martes, 27 de noviembre de 2018

Lección cuadragésima tercera


El que es grillo donde quiera canta. Grillar es común entre los pueblos como en las personas. 

Fotografía: Federação Académica do Porto, Portugal.

lunes, 26 de noviembre de 2018

El café de Lee


En la calle Amado Nervo casi con la esquina de Dr. Balbuena se huele el café que prepara Lee. Aprendió, como ocurre casi siempre, por accidente a preparar café cuando trabajó de aprendiz en el Hotel Regis. Tal fue su talento cafetero que los clientes lo animaron a tener su propia cafetería. Así que cuando el local de abajo de su casa se desocupó, pronto instaló el anuncio con letras rojas y grandes en la puerta de entrada: El café de Lee.
Los clientes bebían y bebían como inmantados por algo más que la cafeína. El vecindario se  animó gracias al café de Lee. Servido en una copa de vidrio el café con leche era el éxito de su vida y no es un modo de decir, era realmente célebre entre todos los cafés que rondaban envidiosos de ese aroma inconfundible.
Al fin de cuentas no hay que avergonzarse si cambia el gusto, es inevitable. El mundo muda y ahora los jugos de verdura congregan multitudes.
El café de Lee envejece. Rancio el olor, decrépitas las mesas, uno espera que cualquier día sólo quedará la silueta negra del aroma inmóvil en los ojos pequeños de Lee.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Lección cuadragésima segunda


La infancia se broncea cuando menos se espera. Saber lo que se deja, hace de nuestra tarea futura una lengua pasada sin regreso.

Fotografía: Cerro de Santa Lucía, Fontis Castillo Hidalgo, Santiago de Chile.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Hilario y la voz


Hilario no hila bien las palabras. No atina a decir que es del huevo, amador empedernido. Clara y yema para él es su catecismo. Tiene problemas con el menú. No hila las palabras. No encuentra cómo decir yema o clara de manera comprensible. Sucumbe, come puntual en el restaurante del trabajo de dos a tres, él quiere huevo, pero sólo le dan sopa de verduras y costillas de cerdo con papas fritas.
Deprimido, un día tuvo una idea genial, en toda la yema, grabó su voz en el teléfono que la empresa le dio de última generación. Demoró semanas en pronunciar con claridad. Al llegar al restaurante, subía el volumen y se escuchaba sin duda alguna: dos huevos fritos, con la yema y la clara bien cocida, por favor.
No cabe duda que es clara la inteligencia.

martes, 20 de noviembre de 2018

Convivencia

Antes que fuera mi casa, esta casa tuvo una gran familia. Se siente fría, vacía, vaga. En el oído escucho crecer su hueco. De otros fue la palabra que habitaba estas paredes, la mía se adormece por los rincones en penumbra. En realidad hay un silencio transparente. Como un amor remoto, un gozo, que ahora sin sed, aparece al abrir los armarios. Es curioso, tiene muchos armarios, a veces dos en cada habitación y son cuatro. Me gusta el fuego extinto de esta casa. Esta sonoridad humana, oscura. Ese coro de otros impregnado me hace tener una vivencia de un antiguo paraíso. Habitar es también rehacer la inteligencia en cuerpo muerto.

martes, 13 de noviembre de 2018

Sexagésima cuarta columna


Algunas columnas son tan hospitalarias que no importa tergiversar los conceptos. 

Fotografía: La casa del Pueblo Hostal San Pedro de Atacama, Chile.

lunes, 12 de noviembre de 2018

Escena Mayor


La puesta en escena prende fuego de oro y plata en los lomos del primer actor. Injerto de bravura pisa la arena dura y de rodillas el rayo de grana deja gloria tras su bufido de percal en su frente lidiadora. Somos clarines en bandadas convirtiendo en banderola el valor de limón y canela. Sanguinarios como todos nuestros días, la mora lidia con la sombra el sudor de la gracia. El primer acto gladiador nos recuerda la crudeza del nacido sin oro y plata, sólo el llanto en carrusel. Eso nos cautiva. Ese ruedo de luna girando con la alegoría del que se quita el sombrero en el segundo acto. La espada apaga los faroles y los jinetes ya no suben al monte. El aplauso corona el último acto como si la verbena de voces entrara de puntillas por la puerta partiendo plaza, traspasado.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Espasmo


Perdió la brújula una noche encarnada. Desvelado, sentía que las tinieblas eran de ceniza. La nariz chata, una boca atormentada, una gula ingrávida y un cuerpo a la deriva. Es inútil decirle que las buenas horas están fuera del barrio. Es inútil abrir la puerta. Al oprimir la pluma parece que las letras desiguales ya no son de mi mano solamente. Se diría que las luces están encendidas en el profundo negro de la prosa formando indefinibles parejas de mortales. Se diría que la ficción mínima es un eco encarnado de un brújula montada en el oído.
Se diría. Siempre se diría.

lunes, 5 de noviembre de 2018

“Animalia de los Antojos” Calendario 2019


Noviembre me gustó para el futuro porque todo calendario prepara la multiplicación de la dulzura vital, por eso, este charro se complace en presentar su Calendario 2019 “Animalia de los Antojos” para que no perdamos nuestra esencia original. 
Como ya es hábito, espero que bondadoso, este Calendario “Animalia de los Antojos” se pone a la venta al precio ya de todos conocido y será enviado sin costo alguno a todo el mundo habitado por humano vía correo.
Si están interesados es sólo enviar un correo y de inmediato será mandado a la comodidad de su hogar, oficina, quinta, edificio, fabrica, hacienda, latifundio, monopolio, es sólo decir quiero y listo. 
Espero con afán su respuesta. 
Pase buenos meses pasando las hojas de “Animalia de los Antojos” Calendario 2019.
Así sea.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Sexagésima tercera columna


La columna básica comenzó a erigirse humanamente.

Fotografía:Chelmamüll,  estatuas Mapuches. Museo Chileno de Arte Precolombino. Santiago, Chile.

jueves, 1 de noviembre de 2018

Noviembre


Sobre la curva tensa del hueso del año, que es noviembre, iremos juntos tocando los labios de todos los que duermen con el alma suelta. Yo recuerdo la altura, la barbara altura de las horas, por eso los invito a beber de las tardes el magnesio de los corazones. Sentémonos a la mesa y nos veremos con los demás desayunando con la misma cuchara de madera o de peltre, el sudor del día y sus motivos.