Te recuerdo cuerpo desde el deseo del lecho, cuando brillaba en la voz y en tu espalda indescifrable.
Ahora la piel no me sabe si no te toco y no brillo por tu voz.
La fatiga errante te recuerda.
Te recuerdo cuerpo desde el deseo del lecho, cuando brillaba en la voz y en tu espalda indescifrable.
Ahora la piel no me sabe si no te toco y no brillo por tu voz.
La fatiga errante te recuerda.
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