Si alguien dice amor lo dice porque ya no pude cifrar sus asombros en otra palabra, donde la contradicción ha sustituido el contacto y las interrogaciones ya no son respondidas por los dedos.
Siempre detrás, oliendo el nombre anónimo, el mismo desde que se anego el deseo.
Es un gueto de usura, como si la mínima alusión a la ternura fuera un rito clausurado por el vigor, por la potencia vulgar, por la asesina cicatriz del macho.
Pastueña, risueña, con esos ojos domésticos, con las ancas anchas y la ubre dispuesta. Y esa pesuña fina, y el lomo colorado gracias a la herencia del látigo y la espera. Como bulto que echa andar, enciendes aquella flama que dicen dar abrigo. Tu cencerro anuncia tu desgracia y dejas ver tu costado abierto. Obediente, arrebañada, quieta en tu estirpe, ya sólo muge aquel canto independiente entre olivares olvidado.
Preñada toda, nodriza ya de agria leche. Áspera de cara, tu séquito mana en la llanura.
¿Será este el amor que nos contaron? ¿No hay cólera en el macho, al ver tanta miseria de bravura?
En el amor bovino hay cuerpos abiertos en canal, vísceras blancas y bendiciones que suplican continuar la buena vida de la prole.
Sergio Astorga
Siempre detrás, oliendo el nombre anónimo, el mismo desde que se anego el deseo.
Es un gueto de usura, como si la mínima alusión a la ternura fuera un rito clausurado por el vigor, por la potencia vulgar, por la asesina cicatriz del macho.
Pastueña, risueña, con esos ojos domésticos, con las ancas anchas y la ubre dispuesta. Y esa pesuña fina, y el lomo colorado gracias a la herencia del látigo y la espera. Como bulto que echa andar, enciendes aquella flama que dicen dar abrigo. Tu cencerro anuncia tu desgracia y dejas ver tu costado abierto. Obediente, arrebañada, quieta en tu estirpe, ya sólo muge aquel canto independiente entre olivares olvidado.
Preñada toda, nodriza ya de agria leche. Áspera de cara, tu séquito mana en la llanura.
¿Será este el amor que nos contaron? ¿No hay cólera en el macho, al ver tanta miseria de bravura?
En el amor bovino hay cuerpos abiertos en canal, vísceras blancas y bendiciones que suplican continuar la buena vida de la prole.
Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm
25 comentarios:
Cuánta dureza, cuánta crítica, cuánta triste realidad cubierta de exquisita belleza. Pocos gritos a favor de nuestra libertad me han sonado tan bellos como éste. Gracias, queridísimo Sergio, por no ser àrtidario de arrebañarnos.
Gracias, por ser y decir desde tu masculinidad. Gracias, desde luego, por esos bóvidos pintados.
Mil gracias.
Y un abrazo sin yugos.
Un post muy apropiado para estos dias.
¿SAbes que son los Sanfermines en España?
Saludos.
Izaskun, difícil hacer entender al otro que la violencia callada, la que no se siente pero que te aniquila, es la más perversa, porque no hay combate, no hay opción, no hay rebeldía.
La rebeldía de una sola ya vale la pena entre tanta mansedumbre de hábitos.
Gran lectora que eres, es un placer intentar buscar decir de otra manera.
Un abrazo a la mitad del foro.
Sergio Astorga
Lola Mariné, para estos y para otros días porque la sumisión de la mujer ya no se tolera como forma de convivencia amorosa.
Los Sanfermines por supuesto, tal vez te refieras a que hoy se rinde homenaje en Pamplona a la figura de Hernest Hemingway, hace 50 años que el escritor asistió por última vez y gracias a sus novelas esta región Navarra tuvo presencia mundial.
El motivo de la acuarela es ironizar la relación hombre mujer y sus fatales roles sociales-naturales?
Un abrazo a tres tiempos.
Sergio Astorga
Sergio, me has dejado sin palabras... he sentido hondo tus palabras e imagen.
Gracias
Un abrazo muy fuerte
Gárgola, intento realizar una serie con este tipo de textos, no se si llamarles Escenas de familia, o Crónica de un Hábito.
Las relaciones de familia no son las mejores maneras de convivencia y voy intentar abordarlas.
No serán textos fáciles pero si muy exitantes, literariamente hablando.
Gracias por tu inteligente lectura..
Un abrazo rambién fuerte.
Sergio Astorga
Qué duro, increíblemente fuerte e increíblemente cierto, me has hecho tragar saliva. Las relaciones de familia son el prototipo del desastre en la convivencia la mayoría de las veces, así que como tema para abordar es excitante literariamente hablando y humanamente hablando. Si además lo abordas desde tu exquisita pluma no me lo quiero perder.
Genial la acuarela.
Un abrazo sin cencerro.
Solo paso de visita y leerte es siempre un gusto al igual que tus pinturas! te dejo un gran beso!
Maribel, en buena madeja me he metido, pero creo que ya tengo material suficiente para entrarle a cuchillo por este retorcido mundo de los afectos o para decirlo mejor del poder disfrazado.
Te confieso, que también trago saliva y vamos p'a lante.
Un abrazo muy cariñoso.
Sergio Astorga
Kuore, el saber de tu visita me entusiasma, porque eso me demuestra que tu salud sigue mejorando.
Cuidate.
Un abrazo fresco.
Sergio Astorga
Adorei texto e imagem.
Olha que gracioso"Pastueña, risueña, con esos ojos domésticos, con las ancas anchas y la ubre dispuesta. Y esa pesuña fina, y el lomo colorado gracias a la herencia del látigo y la espera."
Beijos,
Com carinho,
Cris
Gran texto, Sergio.
La acuarela es bravía.
Abrazos
L.
Quisiera pensar que todavía hay esperanza de cambiar esa situación de sumisión que tú de manera sútil expresas en un párrafo y de manera mordaz en otro.
Un abrazo esperanzado.
Bellísima pintura, querido amigo, un texto duro, quizá dirigido a nosotros, que tan poco nos fijamos en esos animales que nos proporcionan tantas cosas: leche, pieles, carne... Hay un trasfondo muy duro en tus palabras, y seguramente muy cierto. Besos, querido sergio.
Cristina, obrigado.
Como estar impávido ante una relidad que parece tierna y habitual pero es cruel y si intensamente habitual.
Um abraço forte.
Sergio Astorga.
Lilian, no es sangre contraria la que corre por estas imágenes, sangre muy recurrente esta que corre por estos campos.
Tu comentario es el que me llena de bravura.
Gracias.
Un abrazo entre cuernos lunares.
Sergio Astorga
Alicia,la sumisión no tiene género, sólo intensidades.
Por desgracia la sumisión, conlleva comodidades y la mayoría de las veces se prefiere disfrutar padeciendo, otras la más humillaante es por violencia y prepotencia.
Enfrentar es más difícil que esconderse. Si hay bravura habrá esperanza, tal vez, cuando menos habrá rebelión, que es un concepto más noble que la pasividad.
Un abrazo con enjundia.
Sergio Astorga
Isabel, tu que miras los hechizos y los deisignios de los hados sabes que los trasfondos tiene el sabor amargo de la realidad.
Nos toca a todos unos por pasivos y a otros por hipócritas que prefieren estar pegados a la ubre porque la bravura la perdieron hace mucho tiempo.
Pisar es más fácil que acompañar. La brutalidad no necesita talento, la otra si.
Pero que te puedo decir a tí, que sabes como fueron las mujeres en la Roma antigua y parece que hay pocas diferencias con las de hoy, hablando de trasfondo.
Un abrazo cristalino.
Sergio Astorga
Sergio, estoy casi segura de que la noche antes de irme, dejé un comentario en esta entrada...
Hoy despues de venir de pasar unos días con mis amigos en la costa de Cadiz, en donde me acordé de ti porqué el blanco de la cal y el mar limpio de su bahia, inevitablemente me llevan a Alberti, veo que no está el comentario, por alguna razón se quedó sin enviar.
Dura entrada, pero como siempre magistral, honda y fuerte en la que de la forma más bella te rebelas contra cualquier forma de mansedumbre.
Esos mansos, despojados de su cara alegórica, son una preciosidad y ya están en mi álbum de toritos.
Un abrazo muy fuerte.
Llegué por casualidad a tu blog y me ha encantado. Por la belleza de las imágenes y de tus entradas. Gracias y felicidades.
Sergio, ¿Qué puedo decir ante tan conmovedoras palabras? sólo que me has llegado al alma de mujer, y con ello agradezco tus sentimientos varoniles, gentiles ante la indefensión, ante la mansedumbre de las ubres maternas, antes el arrojo y la valentía de la madre.
Gracias por este homenaje, amigo,
Un abrazo,
Blanca
Triana, cal y canto, mar que quiero moviendo su cadera de agua de sal morena. Como no recordar a Alberti, como las imágenes de un poeta nos definen una manera de ver.
Pues no sé que habrá pasado con ese comentario pero el que ahora dejas es limpio y rotundo como tu voz de mujer insumisa. Un lujo tenerte de vuelta.
Un abrazo con la frente llena de mar.
Sergio Astorga
Sr. Cura bienvenido y espero que sus intuisiones puedan venir de vez en cuando para ampliar o contrapuntear la visión de los Antojos.
Gracias por su comentario y voy a su espacio a ver sus instuiciones
Un abrazo ecuménico.
Sergio Astorga
Blanca, no hay crítica sin que se tenga en el sustrato de ella admiración y respeto a lo que se toca.
Me confiezo admirador del ser femenino, por eso puedo ser duro con la sumisión, mansedumbre y chantaje emosional que tan enquistado está en la relación, no sólo entre mujer y hombre, sino también entre mujer y mujer.
Homenaje y rebelión partes nobles de la crítica.
Un abrazo blanco.
Segio Astorga
Entrañable. Te felicito y saludo.
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