Todo comenzó en el jardín cuando en el bostezo de su abandono encontró la anca ancha del caballo.
Fiel a su monólogo, aspiro el aire denso de su porvenir y pensó -Yo nunca seré fábula.
El caballo sin cambiar de postura, sabedor de un pasado lujoso, preguntó:
- Adonde vas?
- Busco otro cuerpo, dijo la tortuga, mascando un poco de hierba.
- El presente es perpetuo, relinchó el caballo - los sé por experiencia.
- No en mis entrañas, soy migrante.
- Eres tonta.
La tortuga, impasible, se metió en su carapacho a copular presentes.
Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm.
I JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE PORTUGALETE 2024
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El viernes se daba el cañonazo de salida a las I Jornadas de Novela
Histórica de Portugalete. Una pequeña obra teatralizada por Doña María Díaz
de Haro, f...
Hace 22 horas.
16 comentarios:
Que bueno eres "jodido"
Yo tampoco seré nunca fábula pero me parezco más al caballo que nació para correr y casi volar, al menos en sueños.
Gracias por esos colores, más que nunca.
Un abrazo sin estribos
Te había dejado un comentario que no entró (últimamente me da problemas blogger) y no tengo ánimos para repetirlo.
Feliz fin de semana.
Bueno, ahora más animada te digo que yo, como la tortuga, busco otro "algo". ¿Seré tonta?
Un abrazo gris (por el día, solo por el día).
Lo soy. Me quedo en el carapacho copulando presentes, futuros y pasados.
Y buscando.
Abrazo, apapacho, carapacho...
¿Cómo que nunca será fábula la tortuga? ¿Se ha olvidado de Aquiles? Delicioso texto, querido amigo. Un abrazo.
Una tortuga migrante... eso se lleva en la sangre.
Me ha gustado tu fábula, cada quien en su camino.
Besos!
Triana, el curso de lo río pasa por otro cementerios y el trote del caballo tampoco será fabula.
Ya extraño mucho tu aroma de Sevilla por estos derroteros. Será que la fortuna esta ya detenida en tu cabello? Espero pronto que los colores te den el espacio que buscas, que buscamos, que luchamos.
Un abrazo sin caparazones verdes.
Sergio Astorga
Maribel, el tiempo y sus tecnocracias, veo que el animo te ha llegado de súbito y voy a él en el siguiente comentario.
Abrazo suspendido.
Sergio Astorga
Maribel, con los brios recobrados al son del sol y de la nube, te digo, con renovado trino, que la tontería es no buscar ese algo al medio día o a la media noche; tontería es no buscar el litoral de la adivinanza, encontrar la escalera y subir o bajar según la ola; el misterio no espera ni se resuelve.
El cristal se muerde para derretir el hielo.
Esto te lo digo porque amanece, solo porque amanece.
Abrazos campeadores.
Sergio Astorga
Izaskun, como siempre los propósitos y en entredicho: los procedimientos.
Los nombres de las cosas, tan ebrias, que ocultan ese sueño en el callejón nativo.
Al poniente, escucho tu grito y me recuerdo de los nombres.
Antes del torbellino, sé que aguardas en el caparazón poniendo nombres.
Trazo el abrazo como si fueran las dos torre Santa Prisca en Taxco.
Sergio Astorga
Isabel, se borraron los rostros ante el retrato del aprendiz, la paradoja se arrulla en su contorno y la cera de la abeja se ha pegado en la lente de mi anteojo.
OH Zenón de Elea, el de los pies ligeros quedó en Troya y yo, con la retórica agridulce, modelo la arena entre la médula.
Tu comentario me endulza. Me olvidaré de los Idus de Marzo por unas horas.
Abrazo del punto A al C.
Sergio Astorga
Blanca, cada quien en su camino, "como el guijarro humilde la carretera", así como quería León Felipe, ligero siempre liguero "que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo/ sensibles a todo tiempo y bajo todos los cielos"
Un abrazo para cada uno en su camino.
Sergio Astorga
Sergio esta vez he ido lenta como tu tortuga. Sé que me estabas esperando, pero entender esta obra me ha costado bastante, a pesar de que a priori parecía ser más simple. Sin embargo llego para romper el posible maleficio del comentario número trece.
He mirado varias veces la imagen para ver que me sugería. Para empezar no entendía bien la duda de la tortuga de no ser fábula, teniendo en cuenta que hay dos en la qué es verdadera protagonista. La primera la de “La tortuga y la liebre” y la otra “La tortuga y el escorpión”, menos conocida pero con una moraleja muy interesante.
Por fin me di cuenta que era porque no se trata de una tortuga terrestre normal. Es una tortuga galápago.
Este tipo de tortugas pueden alcanzar una longitud superior al metro y llegan a sobrepasar los 250kilos y además están en peligro de extinción como consecuencia de la caza, la destrucción de su hábitat y otras circunstancias. De esto se deduce que tu tortuga ande migrante de un lado para otro buscando otro cuerpo más ligero, que le permita desplazarse con más agilidad para huir de su ineludible y fatal destino.
En ese viaje, el encuentro con el caballo representa el no deseo de futuro. El caballo ya goza de un presente envidiable, que quiere que sea perpetuo, debido a la elegancia, agilidad y consideración ya poseídas.
Gracias por la espera, intentaré alcanzar las ancas de los caballos y las yeguas que me han tomado ventaja.
Besarkadatxu bat
Dejo constancia con este comentario de mi visita, de la sonrisa inevitable y complaciente que me ha provocado tu relato.
Un abrazo.
Maria, gracias por tu visita, le falta la tilde a la i mas no tengo acentos.
Una sonriza grande para tu constancia.
Abrazos fabulados.
Sergio Astorga
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