Bajo el peso de su estrella prospera su loco amor a los
cuerpos celestes para seguir divagando por los futuros entrevistos. Ha visto el
vértigo del negro
y cuánticos pensamientos nutrir los abismos.
Fue una noche como esta, borrosa y disuelta cuando
encontró, después de leer los mitos de la serpiente emplumada, el bochorno del encierro. Desde ese instante
su interés por levantar la vista es la razón de su existencia. Embebido en este
afán, su cántaro comenzó a llenarse noche a noche. Boca arriba, largas horas
observaba y mentalmente, consumaba
planes de vuelo. No fue infructuosa tal espera, de su lomo comenzaron a nacer pequeños
apéndices que en una semana tomaron forma de alas. Sus ojos se transformaron en
un catalejo digno de
Tycho Brahe y sus fauces degollaron constelaciones en un
abrir y cerrar.
Ni el canto de la rana ni la locura del poeta podían mitigar
su vagancia espacial. Él tiene un atisbo fidedigno y una órbita elíptica que encanta.
El mundo por eso exclama que todo infinito se mira desde una estrella que se
fuga.
Sergio Astorga
Tinta/papel 20 x 30 cm.
4 comentarios:
Querido Sergio: qué fascinación ejerce sobre nosotros el cielo nocturno ¿verdad? Leyéndote me ha venido a la cabeza una preciosa novela de Elena Ponistowska; "La piel del cielo" se titulaba (creo recordar). Qué cosas éstas las de las artes y los artistas...Te felicito de corazón.
Lola Mu, sonidos celestiales, sinfonías de movimiento cósmico. A pesar que ya no podemos ver la noche negra, con tanto farol, luminaria, neones y autopartes, la sensación de lo inconmensurable queda atado a nuestra retina. Como si estuviéramos en Tikal o en Mesopotamia.
Un verdadero gusto el que recuerdes a Elenita, en este abarrote la hemos festejado, te dejo el link por si quieres leer lo que antojaamente le escribí.
http://astorgaser.blogspot.pt/2008/05/elena-poniatowska.html
Un abrazo celeste.
Qué bien brilla "que todo infinito se mira desde una estrella que se fuga". Es como si uno podría abstraerse en la contemplación del bello cielo e imaginar que desde ese más allá uno pudiera disfrutar de la contemplación de nuestro planeta azul. Ese en el que, siendo tan grande, caben tanto las virtudes como las miserias del ser humano.
Un abrazo.
Alicia, dice Alberti que el mundo siendo tan grande en la mano de una niña cabe. Lo cito de memoria. Esta sensación de inmensidad es la que esta quimera, perro, tigre personaje siente por las noches.
El mundo es misterio, belleza y horror.
Abrazos con luceros.
Publicar un comentario