- Que el año viene mal, me han dicho.
- ¿Quién?
- La gente, ¿quién más? Juan no se casa y la Margara se quiere morir.
- Si que viene mal.
- El perro de Sabás esta enfermo. No dura
- Los demonios andan sueltos.
- En todas las centurias es igual. Las misas quejas y furias.
- Cortejar la suerte es estar mal del corazón.
- Por eso me gusta sentarme aquí, en este venero de luz. La piedra es dura pero la vista es maravillosa.
- Los dueños de este palacio tal vez eran unos *coitados, como nosotros.
- Yo no tengo cuitas de amor.
- Bueno, pero dialogamos del tema y eso amerita tristeza.
- Sólo contemplo.
- Que pesado eres.
- No vengas. ¿Qué es de María?
- Tiene tedio.
- Es el invierno.
- ¿Ya conseguiste trabajo?
- Nada. Nadie quiere profesores de mi edad. ¿Y tú?
- ¿Te burlas? Si no fuera por este trabajin estaría del otro lado de la ventana cayendo con una aceleración constante.
- ¿Ya limpiaste el salón de los embajadores?
- No.
- Vamos, te ayudo. Aquí hay demasiada Luz.
*Coitado proviene de la coita y de las canciones de amigo. El significado actual es infeliz. ¿Qué mayor infelicidad que una cuita (pena) amorosa?. Digo.
Fotografía: Interior de una habitación del Paço Dos Duques De Bragança, Guimarães.
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