Algunas almas reposan, otras divagan. El ánima ya es literaria. Hay un ánimo de decir que lo que anima es esa interioridad común. Las ciudades, siempre tan sólidas, han creado recipientes para que puedan ser evocadas, y no sólo eso, también depositadas. Y el alma de las cosas son los sentimientos que evocan.
No es desalmado pensar que otros impulsos vitales nos rigen. Por fortuna, es consolador saber que tuvimos un alma y un lugar para financiar el reposo.
Fotografía: Cofre das Almas, Igreja de S. José das Taipas, Porto, Portugal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario