sábado, 1 de julio de 2017

Julio


La fragancia de la piel de julio cierra la fiebre de la herida. La mano se atreve a circular por nuestras venas para dejar los labios carnosos de voz y de tersura. La quietud se mueve coronada con esa seda que rosa la nocturna forma de la yema de la oreja. Vigilemos. Vigilantes.

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