La mesa dispuesta. Las jarras, la fruta de la estación en convivencia sobre un mantel de lino, reservado para las ocaciones fértiles, las que convidan a sentarse y contemplar. Así fue, ningún miembro de la familia se atrevió a descomponer la puesta en escena. Pasaron las horas. Sentados frente a la mesa poco a poco sintieron como les invadía una pesadez contemplativa que literalmente los engulló.
La mesa sigue puesta, en espera de los familiares lejanos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario