La ubre consentida tiene su casa con los Ortega. Su blanco universo le dio corazón a toda la camada. La alegría viene de la libación, lo saben el colibrí y los añojos.
Los bares la imitan, pero saben a fracaso.
La ubre consentida tiene su casa con los Ortega. Su blanco universo le dio corazón a toda la camada. La alegría viene de la libación, lo saben el colibrí y los añojos.
Los bares la imitan, pero saben a fracaso.
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