María del Mar Téllez Romero
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María del Mar Téllez Romero (Tlalnepantla de Baz, Estado de México, 1978).
Especialista en ingeniería de espacios y narraciones fantásticas. Es
ingeni...
Hace 1 día.
13 comentarios:
Caminas por la ciudad, la conoces palmo a palmo, llevas inscritas sus calles en la palma de tu mano...
Genial la idea, la frase, el dibujo...
Un abrazo, Sergio.
Al caminar bien una ciudad, ésta se achica, al grado que un buen día nos vamos y desde un televisor vemos como crece su complejidad.
Tan precioso lo que dices como lo que pintas. (Tan cierto lo que pintas como lo que escribes.)
Un beso enorme
He intentado modular las palabras y se me quedan cortas. Después he visto el comentario cierto y hermoso de Gemma y me adhiero a él como parásito verbal.
Abrazos de camino.
Sara, los senderos son el gesto de nuestros andares. Las rutas nuestras venas.
Una ciudad visible o invisible es también otro cuerpo en nuestro cuerpo.
Abrazos al andar.
Carlos, un gusto tenerte por estos abarrotes tan caminados. Las ciudades crecen y la ciudad que vivimos quedó inmóvil, como el mito que se repite para no ser olvidado.
Cada ciudad tiene nuestros ojos. Al fin lectores.
Abrazos urbanizados.
Gemma, lo que dices, quiero que sea cierto.
¿Será cierto lo que dices?
Así como lo pintas, es tan grato lo que escribes.
Abrazos certeros
Condesa Freia, los caminos se juntan y se apartan para tornar, es inevitable.
La ciudad es un suburbio de nuestra sensibilidad y a veces sin darnos cuenta destruimos sin construir un nuevo hábitat.
Vivir una ciudad es ampliar nuestra habitación o destruirla. Así de ambivalente puedes ser la relación.
Abrazos por la avenida
Me encantó, además son trazos continuos, como la caminata. Sergio, me darías permiso para reproducir tu imagen en mi grupo de arquitectura y urbanismo de facebook, con tu referencia, por supuesto? Un abrazo,
La ciudad es el espacio en el cual podemos ser capaces de reinventamos cada vez que nos sumergimos en su inmensidad. Un día nuestro corazón se puede sentir enmohecido, como el hollín de alguna fábrica cercana, porque la ciudad bien pudiera ser una mancha oscura, perversa y hostil. Sin embargo, al día siguiente dicho corazón se pudiera manifestar con un brillo y una majestuosidad, como si una mariposa hubiese aleteado sobre el mismo, ya que acaso la ciudad, en su certero trazo blanco, pudiese dar luz al puzle humano repleto de pasiones que se mueve en su oscuridad.
Un abrazo.
Myriam, gracias de manera continua. Esta manera de dibujar es la que mas me gusta, ahora que tu entrada habla de calamidades plásticas, tan comunes a las mías que parece que existe una disposición neuronal.
Por supuesto que te doy permiso. Este es un dibujo que he rescatado de un librito (fojas unidas) donde tengo dibujos y poemas.
La ciudad que no se camina no se vive. Cuando menos para mi.
Un abrazo urbano
Alicia, se muy bien por tus crónicas, que tú te recreas y creas una relación muy vital con las ciudades que visitas y con tu ciudad misma. En tus palabras se denota, yo simplemente las suscribo.
Abrazo citadino
Gracias Sergio, también se vive caminándola. Me fascinó tu bengalista de hoy. Un abrazo,
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