sábado, 7 de noviembre de 2015

Plaza tomada


Cada otoño sube un vapor húmedo que deja la luz con el rostro lavado y lampiño. Se reconoce la caricia de una ciudad cuando se despoja de su temor a ser mirada, no importando que por sus plazas pueda quedar el verso roto o relamido. 
Quien mira, deja entrar un cuerpo extraño y a veces sus reflejos aparecen cuando a nosotros nadie nos observa.
Yo sé que las palabras acortan la distancia y hoy que llega el tranvía, puedo regresar a beber una taza de café dentro de casa.

Fotografía: desde el Jardim João Chagas (mas conocido como Jardim da Cordoaria) Porto, Portugal

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