Pasando el río, dijeron, se encuentra la frontera. Duele cuando se recuerda. Resistieron. Se les veía manotear. Boquear. Bracear. Los altavoces, como trompetas de Jericó, desquiciaban. No importaban las plegarias, ni las suplicas, ni el miedo, ni el cansancio, sólo ese punto fofo del otro lado del río. Cuando cruzaron, ni una palabra entre ellos. Cada quien buscó sus pasos.
DEDICATÒRIA: MIENTRAS HAGA VIENTO
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Molt agraïts a Rafael Loscertales pel donatiu dedicat del seu llibre de
microrelats a La Microbiblioteca, amb microrelat inèdit inclòs i tot, qu...
Hace 11 horas.
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