jueves, 30 de octubre de 2014

Ofrenda del abarrote


Mis huesitos ya esperaban el día en que el Abarrote se viste de octasílabos para jugar con la muerte porque la vida es canija. Ya tenemos la ofrenda a la vista.  Invitamos a todos los presentes a recordar con versos, lo frágil de la existencia con la ironía de las calaveritas.  Tendremos el pan de muerto acompañado con cempasúchil.
La vela queda encendida al levantar la cortina.
Aquí la primera:

La noche quiere al mundo
lo llora por su costumbre,
se arruga el viento en las almas
y el néctar del nido es nulo.

Decir el nombre atraganta,
las fronteras son de limo,
se deshoja el grito en beso,
polen fatal: silencio. 

Niños en su primavera,
castos pechos de membrillo
ladrillo de fino otoño
todos dormirán callados.

Tierra dura sepultura
hueso descarnado triste,
grave epitafio sin firma
sin luz los abiertos ojos.

Las floridas calaveras
son amores del futuro,
quien las canta las amarra
quien las niega las convoca.

Cantos de dolor en cuna
en la tierra quedaremos,
el amor a la calaca 
nos hará menos perversos.

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