Del bolsillo izquierdo del pantalón, Manolito sacó un bicho verde con grandes antenas y cinco pares de patas largas.
- ¡Saca de aquí esa cosa! -dijo mamá.
Mamá se enoja siempre, y tiene razón, una vez Manolito trajo en un frasco una lagartija enorme. Cuando abrió el frasco, la lagartija, aterrada, salto a la cara de mamá. Se oyeron gritos y después lágrimas.
Manolito, no entiende y sigue trayendo sabandijas. A mi no me regañan ni me gritan, yo prefiero comprar dulces, en las tardes saco del bolso de mamá unas monedas, ella ni se da cuenta. Hay que ser listo.
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