Abril llega con flores en el pelo. Sale al patio, hablamos sobre los hechos, sobre los pechos de marzo que se olvidaron. Algunos días sueñan que llegarán y otros, felices, se apartan de la futilidad de su presencia.
Yo miro los brazos blancos de los días, les pongo nombres y en solitario, me consuelan.
Querido abril, todos te habitaremos.
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