Al levantar la cortina del Abarrote se asienta el destino como si subrayáramos la lectura horizontal con el timón vertical de un código poético que llena las tres con las cuatro de la tarde. Me explico, como si esto pudiera ser, me ha llegado el poemario de Cecilia Palma, desde Santiago de Chile. El libro, que es un bello camafeo, fue editado regiamente en la regia ciudad de Monterrey, Nuevo León, México, por Ediciones Caletita en su colección Las vaquitas flacas Nº 10. A cargo de la edición, cuidada amorosamente, estuvo Leticia Herrera.
Este abarrotero tuvo la dicha de leer el libro antes de ser publicado para proponer unos dibujos de portada. El resultado lo tienen a la vista.
Si no tienen inconveniente en otro Antojo, pondré mis apuntes verbales sobre la lectura del poemario.
Me apena no poder decirles cómo conseguir el libro, si ustedes quieren, si lo desean, este abarrote puede pegar un relincho para que se hagan de uno.
En alta voz transcribo este poema
Sobreviviente
Para no saberme devorada
finjo por las mañanas
una señal
la iniquidad ronda bajo sospecha
tras su presa de media tarde.
Cecilia Palma
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