El mensaje se encierra en sí mismo. Está
vivo. Lanza afirmaciones que alguien atrapa. Un secreto a voces de líneas sobre
la piedra. No sé si el escriba tenga en cuenta la porosidad del muro y su color
y en base a ello escoja la tonalidad de los trazos. Palpable, la garganta del
signo no tiene pies o cabeza. La ciudad fluye entre sus paredes como en el
antiguo latido de la cueva donde una primera mano revivió la chispa de decir
para otro: estoy presente.
REDACCIÓN Y ESTILO: a partir del 26 de enero
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A finales de enero, el 26 por más señas, voy a impartir un nuevo curso de *Redacción
y estilo* virtual en la Escuela de escritura del Ateneo barcelonés.
...
Hace 1 día.




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