Suena el derretido sol recostado como en almohadones ocres, se levanta la hoja única del tacto en mi, para que todas las pisadas se vuelvan tiempo de sonata en la.
Agosto frágil, se detienen en el pentagrama, como si fuera una extensión de la melodía perdida en la primavera.
Si estas, toquemos ese manantial con la punta de los oídos.
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