miércoles, 10 de marzo de 2021

Eco

 


Un reflujo de anestesia fluorescente, prensil, carnal, letal. Se escucha como larva, como hierva; como lúdica oruga. Chupa, rebota en las paredes. Una entelequia con greña. Una intensidad mórbida que fluye viva. Es una crisálida de la noche alada, donde se inhala el espacio desnudo, nutrido de nada que se absorbe y que da mucho gozo. Temblor de gloria en un infierno precipitado de sonidos incomprensibles a las bocas. Un paradigma sin trenza, con materia despótica de viento. Un sexo sin dueño y un premio de abstinencia sonriente. No hay un sitio mejor para meter el oído sin contradicciones.

Te lo digo por experiencia, el eco tiene la muerte de las abuelas y la sintaxis de los arcángeles, esos que tienen gatos por amigos. No te niegues al eco, que te puedes contagiar de silencio.

Es muy grande la noche accidentada en su propia ración.

Repite conmigo

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