En su trajinera, cruzando canales y chinampas el fotógrafo llegó puntual
- ¿Una foto Güerita?
- No gracias.
- Ándele. Así como me mira, yo le tomé una foto a la Frida cuando vino a Xochimilco.
- No le creo.
- Mire, aquí traigo mi álbum. Vea. Yo estaba bien chamaco, no se crea. Me ve traqueteado porque la vida es dura. Yo siembro flor. Tengo mi parcela. La foto sólo es por el arte, para quemar el gusanito. Usted tiene bonito perfil. Se mira luego luego.
- Bueno. Usted me dice. ¿Así?
- Ándele. Si parece estrella de cine.
- Es usted un caballero.
- Fotógrafo, güerita, fotógrafo de las estrellas. Ahorita la alcanzo, revelo y le doy su foto.
- ¿Cuanto cuesta?
- Cien pesos, güerita. “Pereme” me paga cuando se la entregue.
- ¿Y eso cuando va hacer? Mañana?
- Ahorita.
- Que bien. Oiga, esta muy buena.
- Le digo. ¿Oyó hablar de Gabriel Figueroa? yo anduve con él, de chamaco.
- Debería dedicarse a esto.
- Ni lo diga güerita, me gusta la independencia y cuando la flor no se vende y tengo urgencia de unos centavos extras pues saco fotos. Soy lo que se dice, artista emergente.
Fotografía. en los canales de Xochimilco, Ciudad de México.
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