Las pompas de jabón encontraron casa en la alacena de Victor Hugo que de grisalla vestido tuvo metafísicas visiones desde entonces.
Ahora busca cuadrículas para limitar su espacio temporal. Lleva dos cursos de programación pero ningún profesor sabe algo de filosofía.
Prueba irrefutable de que el empirismo lleva consigo el principio del método.
Victor Hugo no se desanima, la guerra y la paz convive con sus hábitos.
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