jueves, 31 de diciembre de 2015

Baja el 2016


El ángel de la altura llega y se lleva en la mano al viento del pasado para que no haga mella ni en los ojos ni en la frente. De un salto ha dejado la luz repentina de las ascuas. Lo que nadie ve nos mira. 
Pongamos nombre a los nuevos días aunque no podamos explicarlo.
A contraluz, ya nos sentimos victoriosos.
Buen año para todos y muchos labios para beber del cielo.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Contraste


Lujosa la soberanía del contraste. La luz se sostiene en un cuerpo de sombras tan pesadas que la mitad del mundo se queda deambulando por el abismo. La otra parte se desvanece intangible como la nube. La mirada disfruta esa dualidad. Donde la realidad se mira gemela e inflexible. Una masa verdadera entre los planos. Luz y sombra, parlamento representado en cualquier ciudad en que vivimos perforados por su espacio.

Fotografía: Sé Catedral, Porto, Portugal

jueves, 24 de diciembre de 2015

Navidad 2015


Con la alegría y buena disposición de todo Abarrotero les deseo a todos los que se encuentren leyendo estas líneas y a todos los ausentes que quisieran y por diversos motivos vitales o fatales no lo pueden hacer, que tengan una suculenta cena que mitigue en lo que se pueda los malestares del ánimo y puedan reconciliar el tranquilo sueño del justo.

Mis mejores deseos siempre para su mesa y para su mente.
Sergio Astorga

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Libros sin segunda mano


Desde la primera linea se sabe si evadimos el prologo.

Fotografía: Livraria Poetria: Rua das Oliveiras, 70 r/c, loja 12

martes, 22 de diciembre de 2015

Formalidad


Canturreaba amorosamente, canciones de fiesta que comienzan con un ir y venir de sensaciones primarias pero tan pegajosas que las pobrezas que las constituyen, uno las deja pasar como un gran bulto que es necesario poner en la habitación de los trebejos. Sin darse cuenta fue llenando la casa de discos grabados con los más variados artistas del momento. Su mal gusto no tenía medida. Compraba camisas amarillas con imágenes de leones o coyotes con las fauces abiertas. Y esos zapatazos de tacones gruesos que por ventura eran negros y mitigaba un poco el estrafalario pantalón verde. Ejercía su oficio sin problemas. Con una pundonor que estremecía. ¿Quién es uno para decir lo que es vestir con elegancia?  Donde hay un suelo o un alma que come el pan tremendo del día a día, es difícil mover la navaja con soltura. Cada quién sus pobrezas, pero uno se siente en realidad indefenso, esto de la estética tiene muchos siglos, una armonía vamos, indispensable, elemental. No es que uno sufra, pero duele, chillan los ojos, la nariz respinga. Uno raspa los conceptos, las inscripciones áureas. Independientemente de uno, hay algo que resbala, que sosiega, digo, cuando se mira la perfección. 

- ¿Cómo me veo?
- Bien.
- ¿Te gusta mi nueva camisa? Es un coyote canadiense.
- Impresionante.
- Si quieres te regalo una; compre dos.
- Gracias. Gracias. Pero a mí me gustan las palomas.
- ¿De veras? Ahora que vea una. Te la compro.
- No te molestes ya tengo suficientes.
- Como quieras. Me voy que tengo que ir por un disco de los Tremendos, que está buenísimo. Para bailar con la Jimena.
- Sigue. Sigue. No te entretengo.

Cuando menos la palabra tienen una forma que puede vestir al ojo, para que la afrenta pierda la tonada. Uno mira de abajo para arriba y a veces uno no sabe si el herir está en el decir o en el callar. Pasan los años y sigo sin resolver esta cólera de los desiguales.

lunes, 21 de diciembre de 2015

Días de guardar


Para los días enmascarados
no hay como el árbol. 
Vestidura de un rostro. 
Un sello de fibra. 
La resina cubre
palabras distintas
al trueno y al granizo. 
Uno se inventa una cara, 
las arrugas del rostro
no tienen fin 
como la copa
de los árboles mentales.
Son demasiado reales
los latidos de la madera.
Lenguaje que se calcina 
fácilmente como las ramas secas. 
En los días enmascarados, 
la semana es circular 
y una masa borrosa
las horas. 
De aire y luz 
se va oscureciendo la madera.
Todo es elusivo 
como esta pausa que se incendia. 

Fotografía: Sala de Máscaras Africanas do Museu José de Guimarães, Guimarães, Portugal. 

sábado, 19 de diciembre de 2015

Posada en claro


Nada más extraño que la felicidad en todos esos rostros que llegaron a la posada. Bebieron agua de horchata; cantaron villancicos y rompieron la piñata.
En las noches de calor, cuando me duermo, una gotita de sudor me recuerda que no todo es lloroso en esta jaula.  

viernes, 18 de diciembre de 2015

Entre bocado y bocado


A la hora del almuerzo los invitados imprevistos llegan con todo y plumas. Por fortuna, la dieta de la herida es más ácida que la saliva. 
A veces, un duelo de paciencia y de reinos se vive en las urbes. 

Fotografía: Jardim de João Chagas (Jardim da Cordoaria)Porto, Portugal

jueves, 17 de diciembre de 2015

Acopio


Se derramó como vino oscuro
y un repentino frío 
crepitó, pegajoso, en los labios.
El talento de la lengua
encierra un delirante grillo,
como si el barullo fuera el hogar
de los sabores.
De todos modos, 
el festín es una marca,
audible apenas,
cuando chocan las memorias.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Vestigio


El mapa de su frente
tuvo el talento de la fiebre.
Delirante, 
manchó la tarde
con la tierra amarilla de sus dedos.
Como una postal,
llegó tarde.
Hendidura de aliento.
Sin pudor,
la estampilla
es un eco entre dientes de su infancia.

martes, 15 de diciembre de 2015

Estación Poesía 5


Amigos: “Es hielo abrasador, es fuego helado”, nos dice Quevedo y en esas ando. Pongo, delante de sus ojos el hoy para el olvido de mañana, el poema que se ha publicado en el número de otoño en la Revista Estación Poesía 5.
Mi gratitud a su director Antonio Rivero Taravillo así como a su editores este bien otorgado. 
A los lectores su paciente y lucido mirar, pido.

Atajo

Se ataja con la mano la desnudez.
La serpiente original se descarna
y tu y yo, a cara limpia,
perfilamos la luz de la lámpara. 

En punto muerto nos deslizamos; 
equidistantes los murmullos.
Los rincones extraviados.
ondulan, sueltan su máscara.

El aire devora la placidez.
La brújula busca la misma rosa,
y la mano, extraviada,
se planta en extraño hemisferio.

En el fondo siempre comenzamos,
rutinarios, ensimismados.
Con el mismo rapto furioso
cuando la noche acecha de tan parda.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Los erguidos


Aquí, 
en lo más verde 
el tatuaje de sudor:
saliva fugitiva
del riñón inflamado.
Aquí, 
en medio de la luz neón:
el prolongado silencio tiene alba.
Cruzan las calles.
Ellos saben de la metralla 
y del rumor del miedo.
Son escombro de raíz
y mueca de guitarra.
Con la cabeza erguida,
llevan un sapiens  
como flor en la solapa.

sábado, 12 de diciembre de 2015

Parade


Los soldaditos de carne y hueso uno a uno fueron cayendo en la gran caldera del anonimato.
La marcha triunfal da testimonio.

Fotografía: detalle del monumento a D. Pedro IV, Praça da Libertade, Porto, Portugal.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Celebración


Había nombres atados con hilo de ceniza.
Olores matinales.
Y una repetición de humo.
Con el calor,
las moscas
se pegaban al círculo,
al mismo ritual del sacrificio.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Del equilibrio


Lo más sorprendente era verla llevar cinco platos y tres vasos tambaleantes en los dos brazos. Usaba una charola pequeña, que no era lo normal en estos casos. De niña lo hacia con las muñecas y los peluches de su hermano. Todos pensaron que esos prodigios merecían mejor suerte. Asediada, comenzó a engreírse, hasta que no tuvo más remedio que entrar a la cadena de restaurantes para ganar mil quinientos al mes, más una comisión por si vendía dos mil pesos diarios. Se le veía ir y venir, confiada en su facilidad para mantener el equilibrio. Alguna vez tuve ocasión de mirarle a los ojos, así, muy de cerca, su mirada serena, como de abeja concentrada en el panal, le daba la seguridad del movimiento. Nunca la vi caer, ella balanceaba las caderas con un meneo entallado como si no supiera que llamaba la atención. Se llamaba Elizabeth. 
Un día al despertar, un hombre le susurró con fuerza en el oído, y sin abrir los ojos, Elizabeth, nunca más halló el equilibrio.

martes, 8 de diciembre de 2015

Casa del pescadpr


Encontrar pescado no es fácil. Zarpar de madrugada a lo indefinido. El aire es pesado como la mañana. La vida marina no aparece. Hay una tenue brisa y pareare que la buena ventura baja como marea.  A lo lejos veo llegar la barca de los pescadores. EL misterio en su mirada se sospecha. La soledad de agua es absoluta. Una súbita angustia me invade y me envuelve como esta neblina espesa como el futuro humor. Al llegar al puerto veo vacías las redes y las cubetas secas. Los pescadores encallados en su silencio derrotado, caminan rumbo a la posada para beber vino y pan. La casa del pescador los refugia y los sacia de las pérdidas marítimas. La seducción del mar queda adormecida, se llenan las copas de vino y la extensión mas humana se deja sentir en las bocas, bahías tranquilas que degluten el pan preparando el cordaje del mañana, para que literalmente, la quilla de su embarcación se lance de nueva cuenta a buscar ese escurridizo pez que los mantiene a bordo de esta rutina marítima.

Fotografía: Rua Vasco da Gama, 18 | Afurada, Vila Nova de Gaia 4400, Portugal

lunes, 7 de diciembre de 2015

El gallo y la jarra


Coqueto hasta su última pluma se encrespaba por cualquier motivo, ya porque el gallinero no estuviese lo suficientemente aireado o las semillas estuvieran regadas por todo el piso. Sin embargo, no era motivo para enfriar esos ojitos soñadores  que iluminaban el amanecer gallináceo hasta el delirio. Su canto alumbraba, no cabía duda. 
Su rutina cantadora parecía no dejar espacio para la contrariedad hasta que una jarra pizpireta atrajo las miradas del vecindario.

- Dame de tu agua - reclamó el gallo.
- Con esas maneras ni lo pienses - respondió la jarra alargando su cuello.
- Aquí el que indica las maneras soy yo. Que por eso me llaman el gallo de la pasión.
- Pues agua no te daré - sentenció la jarra.

Alborotado el gallinero, se llenaba el buche de piedritas. Esas puntadas de faisán les causaban sorpresa. Porque hubo un tiempo, cuando los faisanes dominaban el mundo conocido, el gusto lo marcaba la faisanada.
La lucha duró varios meses; ni el gallo ni la jarra concedieron un poco en su arrogancia. El día comenzó a retardarse porque el gallo dejó de cantar y las lenguas comenzaron a secarse a falta de agua. Se formó una comisión con las gallinas más expertas en interpretar el lenguaje no verbal.
Con explosivas refutaciones se llegó a la conclusión de darles un día conmemorativo para cada uno. Así, en los primeros días de diciembre se celebra la fiesta del gallo y en los primeros días de enero la jarra celebra su fiesta.

- Mi fiesta el la mejor - presumía el gallo. Festeja el final de un año emplumado.
- Mientes, la mía es la mejor, celebra el inicio de la esperanza y todos saben que la esperanza tiene sed - jactanciosa la jarra se mojaba los labios.

Se volvió a reunir una comisión, ahora experta en efemérides. Como había pocas expertas gallinas en la comunidad, se abrió una convocatoria internacional que recibirá registros hasta el 2 de febrero, día de la Candelaria. Si usted esta interesado puede registrarse en el kilómetro 17 de la carretera IC 45. Favor de llevar agua suficiente. No se aceptan radios ni iPods.

domingo, 6 de diciembre de 2015

También en domingo


No es lo que sabes. 
Ni la reunión
del cuerpo con el fuego. 
Es esa presencia que construyo 
antes de que el sueño 
caliente las ojeras. 
Es, cómo decirlo,
la costumbre de recrear 
tu voz en pensamiento.
¿Te parece poco?

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Calendario 2016: Un acuerdo en La


Como todos los años, por estas fechas, El Abarrote se complace en presentar el Calendario 2016 dedicado como ustedes pueden apreciar, a la música. Impreso a color en papel de 160 gramos, libre de ácidos, en tamaño carta o A4 como gusten denominar el formato. Consta de una portada y doce hojas con el respectivo numeral mensual. Lo tenemos en español y portugués.
Usted puede colgar (pendurar) todo o cada hoja del calendario según su gusto.
Si usted esta interesado puede enviarme un mensaje y con gusto le enviaremos su Calendario 2016 “Un acuerdo en La” a la comodidad de su hogar. El precio es el mismo del año pasado.
No se demore con la canasta de los cacahuates, que todos queremos romper la piñata, así que antes de tan festiva ación, lleve “Un Acuerdo en La”
Uno por uno. No se me amontonen.
Recuerden: no tenemos sucursales. Atención personalizada por nuestro gerente de ventas, el afamado Sr. Rubalcaba.

Por su atención.
Futuras gracias.  

martes, 1 de diciembre de 2015

Diciembre


De qué esta hecho el diciembre sino de uva y castaña con su ancha anca de memorias. Es morena la pureza y atroz el sudoroso talle del olvido. Celebremos como si fuéramos invitados a esa ecuación de la copa y de la daga. Que todo vuelva a ser azul para que el jade verde sea profeta de la madre tierra.
Acabemos bien el año que el cansancio es para enero. 

lunes, 30 de noviembre de 2015

Mordedura de pescado


Solamente el ruido húmedo se hizo cuerpo. Cerca del mar ese ruido oscuro lo formó vacilante. De llamas mojadas repartía el sonido de la ola. Cuando la noche cayó, los planetas que habitan el derretido espanto soplaron el frío solitario, ese frío de furia.
Se llamaba Esteban. Su corazón de sombra se levantaba a la orilla del océano al crepitar de la primera campanada. Esteban, era hombre de ciudad pero toda su vida se consumió en las paredes de los acuarios. Por eso su espíritu es de agua rota. Como hombre único, sus pisadas no dejaron mas que agujeros donde los pesacaditos de colores se miran juguetones. Es verdad, aveces es cruel el tambaleo de la vida de un hombre. Sobre todo cuando las escamas lo atraviesan como un arpón perdido. Hablo de Esteban, la sombra que se llenó de arena y que ninguna alga lo rodeó. 
La yerba crece en el sur y nadie se da cuenta que el refugio de Esteban no es nada porque sus ojos hace mucho que se fueron en la mordedura de un pescado. Los picotazos del cielo son testigos y la lluvia que crece.

domingo, 29 de noviembre de 2015

A lo hecho techo


Como mariposa de fierro
el techo respira luz,
Para el letargo
no hay reflejo.
Para la voz 
el hueco del sonido.
Uno quiere quedarse a vivir 
entre los fierros.
Y soportar todo el peso 
con los hombros.
Al fin de cuentas
uno siempre busca amparo
cuando tiene domingo la mañana.

Fotografía: techo en el andén de la estación de São Bento, Porto Portugal

viernes, 27 de noviembre de 2015

Las manos que mecen la página


Ávida de letras, su epicentro estaba en el índice de la mano derecha. Su deseo incontenible no menguaba a pesar de que su búsqueda no tuviera éxito; por eso las ediciones agotadas eran su platillo más suculento, porque, para esas manos, la lectura es apetito. Incontenible y contradictorio apetito porque la gordura de su historia contrastaba con sus afilados dedos.
Un día, que se puede buscar en el almanaque de 1998, tenía un blanco de alegrías. Había encontrado el libro de hojas más finas y letras capitulares romanas mejor ornamentadas de que se tuviera memoria. Su amor se hizo visible. Todas las criaturas dormidas entre su palma salieron desbocadas. Una maraña sin sentido se anidó en sus uñas. Se disecaron las palabras y los signos ortográficos huyeron a los manuales de auto ayuda. Como llaga encendida las paginas vecinas arrancaban sus oraciones de raíz. Llegaban gritos afilados de los lomos de los libreros de jurisprudencia. En largas filas, los libros infantiles se refugiaban en ese eclipse oscuro de los libros para adultos. Por una hendidura, embriagados, los libros ilustrados sacaban sus paraguas de papel para defenderse de las tarascadas de los cocodrilos. Fue una noche de gemido y de insomnio semántico.
A la mañana siguiente, se pueden ver en el aparador, el colgante inerte cuerpo blanco de unas manos lectoras.

Fotografía: Montra (aparador) de la Livreria Poetría,  Rua das Oliveiras 70, Porto, Portugal

jueves, 26 de noviembre de 2015

La rebelión del guajlote


Picoteando por los campos celestes, el 26 de noviembre del año en que los trigales crecieron un metro más de lo normal, llegó, unos dicen que en una nave, otros que en una nube y los más escépticos afirman que fue en una mutación producido por el calentamiento global de los sartenes. El hecho es que ha provocado toda un revolución en el medio guajolotero.  Como nadie quiere ver en su mesa adefesio de tan mala naturaleza, los guajolotes en vísperas se han unido para buscar, a como de lugar, una mutación aunque sea casera.
Hasta el momento de cerrar la redacción nos ha llegado un comunicado que  dice al calce: guajolotes - los llamados turkeys- de otras latitudes se quieren unir al movimiento, “cansados de la violencia de genero a lo que son sometidos”, acusan.  

Los mantendremos informados.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

La vertical


La vertical se hunde en el fondo del la tierra para entretenerse en subir como su naturaleza lo demanda, lijándole al cielo su curvatura.

Fotografía: Fotografía: desde el Jardim João Chagas (mas conocido como Jardim da Cordoaria) Porto, Portugal

martes, 24 de noviembre de 2015

Aliño


Si el ajo nos contara lo que le cuesta integrarse a la ensalada, otro apetito nos afligía.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Cosa juzgada


Todos saben que la maldad comenzó cuando el día se palpó la joroba. No fue de inmediato. Se fueron platicando, naciendo. Salió el bastón de las palabras con altibajos sonoros. En el vacío la cordura y desde el fondo, ese apego a usar la misma vestidura. 
La luz se filtra con esa fuerza de planeta. 
Mejor mañana encontramos la salida.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Colapso


El resplandor cayó como cortina teatral. El arpa quebró sus cuerdas y una deshora se estiró hasta la sombra celeste de su cuarto. Los milenios leales al cautiverio, tornearon la pluma de sus alas. El padre corrió al banco por sus ahorros, la madre tiró el delantal y preparó cataplasmas de sábila con papa. 
Por el este, con ese azul índigo envolviendo su caída, llegó hasta nosotros. Le pusimos traje y corbata, le enseñamos la sintaxis y los almanaques.
Él se resiste. Quiere volver de donde vino o quedarse en la cabeza rauda de alguna ascua de poeta.
No conseguimos nada. 
La terquedad de los ángeles se les mira en los ojos. ¿Verdad?

jueves, 19 de noviembre de 2015

El Riky Blasones


Algunos blasones, mi buen, son de acá, pero la verdad desde el barrio, cuando el Profeta Aceves, vendía pomadas para la reuma y venas saltonas, me había dicho que eso de las nacencias son cosa de la artritis histórica y que no hay fijón, cuando la aventura de los destinos se pegan a la solapa, hasta uno, que no sabe ni en que cuna nos mecieron, podíamos tener el copete afilado en las sociedades, disque limpias. Yo era bueno para los trompones, y estaba duro que dale, hasta llegué a pelear por los Guantes de Oro, pero un día, el Baby Morales, me dio un moquete, tan fuerte, que perdí el tipo. Mis cuates, cábulas todorcios, el Mejorana y el pinche Quique, no me bajaban de chimuelo y boca negra. Hasta un vez, cuando andábamos dando un volteón por el barrio de la Lagunilla, hasta la Lupe, que gustaba de mis huesitos me hizo el feo. Sentí regacho, porque me hirió la dignidad, uno, la verdad, feo pero con gracia y uno es honesto, pa´que lo quieran a uno. Por eso cuando conocí a la Luisa, me fui de hocico. Ni siquiera pregunté. Ella, la Luisa, apestaba a brandy barato, pero tenía harta lana y me dijo que como era bueno pa´las bofetadas necesitaba así, de alguien como yo para que la defendiera. Primero "guimos" a Tijuana, por unos bisnes que tenía con un Lic bien buena onda. Creo que le decían el lava manos Hurtado. Bien garifo para las inversiones. Hizo hartos biyeyes con la Luisa. Hasta que la chota, les andaba siguiendo los talones. Yo la verdad, la pasaba chido, acompañaba a la ñora Luisa, com mis lentes negros y nadie se le acercaba, así que nunca tuve que usar mi jab mortífero. Hasta que un día, de madrugada, salimos corriendo rumbo al aeropuerto. El lic nos dio el pitazo a tiempo y ahí vamos en chinga a las europas. Llegamos a los madriles un domingo, pero no salimos del aeropuerto, porque teníamos ligación para Portugal. La neta, yo no tenía pasaporte, que digo pasaporte, yo no tenía ni acta de nacimiento. Pero la ñora Luisa, era re buena pa´ inventarse vidas. Un día me preguntó: ¿tienes pasaporte? y yo le digo, pos esta en chino. Pues lo necesitas, me dice, y me pregunta: ¿cómo te quieres llamar? Riky Blasones. Riky, porque mi jefecita siempre quiso tener un Riky en la familia que no fuera perro y Blasones, por el recuerdo que tengo de los portales donde mi tío tenía una imprenta y me gustaba ver todos esos librotes con escudos de gente copetuda. Como quieras, me dijo. Ahora aquí sentado en la sala de espera hojeo mi pasaporte y me siento con un orgullo caguama. Después de dos horas en el bar, tuve que llevar a la ñora cargando hasta el avión. Llegamos a la Portugeta a la diez de la noche, como si fuera la pelea estelar, yo, como si estuviera en el ring, saludaba a todos levantando los brazos. La ñora Luisa, se tambaleaba al punto del vomito. Tomamos un taxi y llegamos a una casita tan húmeda que parecía que un aguacero había entrado como Pedro por su casa.
Al principio la ñora Luisa se veía tensa, como entre las cuerdas, defendiéndose de los chingadazos, pero poco a poco le fue tomando gusto al vino verde, que no es verde, pero pega como si lo fuera. 
Llevamos dos años, exportando vino, al menos eso es lo que me dice la ñora. Yo por ejemplo, ya me di mi gustazo de campeón y le pagué algunos fierros a un chavo para que hiciera mi retrato en una pared, que tiene unos blasones de granito bien jodidos, pero con mucha historia. 
Ya le saqué una foto para enviársela a los cuates.

Fotografía: Ruas das Flores, Porto, Portugal

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Vivir de oído


No se anima a dar el paso. Lucha en vano contra la repulsiva imagen de verse repartido en las historias de los propios y extraños. Antes de ser polvo sabe que dirán que todo tenía. Ya escuchaba a la tía filósofa decir: “que tontería, si tenemos el metro hasta la playa y los mejores edificios de la modernidad”. Otros dibujaran melancolías que nunca vivió y ya retumba la voz chillona de su progenitora afirmando que no sabe cómo le pago de esa manera sus desvelos.
No se anima a dar el paso. Se recobra. Elige de su atestado guardarropa, las prendas más vistosas para recorrer las calles con la corbata al aire como bandera al viento, afirmando, que aunque tenga el rencor en el bolsillo derecho del pantalón, seguirá, al menos por algún tiempo, siendo el maestro del escapismo.
Burlesco y trágico, no se anima a dar el paso. Los abismos lo atraen, pero desvía los ojos para que el oído lo mantenga unido al suelo.

martes, 17 de noviembre de 2015

Chapeo tribal


Sin velos, se lanzaba como un bailarina segura de su centro de masa al encuentro de su imagen. Retocaba sus labios con un carmesí sin mesura. Revolvía el ropero para encontrar el sombrerito aquel que tanto le costó convencer a su hermana que le prestara el dinero para comprarlo. Removía su pecho, buscando acomodar su altivez a niveles dignos de sus corazonadas pero, lo que más le importaba, era concentrar ese fulgor que le corría por las mejillas en esos días que decidía salir y mostrarse sin tapujos. Sus tinieblas eran mentales porque los golpes los esquivó desde sus primeros años. El luto lo lleva, si no es tan fácil, encontrar cuerpos luminosos entre vecindades violadas y monedas de oro en cada esquina atestiguando que el bosque tiene acechanzas y sólo la embriagues de sentirse otra, puede consagrar esa línea propia en el muro negro.
Ella habla de silencio porque ha sido traicionada por otras que también lucieron su flor en el sombrero. Exorcizar la hora de la desgracia, esa es la lucha de su cuerpo y su memoria.
En el umbral tropezó con las vocales, esas que humillan. ¿No las miras? Ya no aparecen sus adjetivos gravados en su cuerpo. Una luz mala, la de siempre, la cubre como a las otras, sus hermanas ebrias de mil muertes.
Parece que hay un homenaje, se escuchan los discursos. Se devela el nombre y una niña loba husmea entre los aplausos.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Decisión al vuelo


Esa mosca sobrevoló el perímetro de la manzana. Dudó quedarse con ella como era su deseo, si no fuera por las asociaciones bíblicas que la consumían.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Paseo dominical


Cuando llueve parece que el cristal expande las gotas. Se subraya el inquebrantable uso del paraguas para mojarse con elegancia. Uno se acuerda de sí mismo. Uno se quiere cuidar a pesar del indiferente gris que nos rodea. De los que devoran el aire a nuestro lado. En fin, nos gana un abandono tísico, como de ciudad lluviosa.
Por fortuna, siempre hay un domingo que guardar junto a las zanahorias en vinagre.

Fotografía. Por la Rua de Cedofeita, Porto, Portugal.

sábado, 14 de noviembre de 2015

viernes, 13 de noviembre de 2015

Compás de espera


Algo se incendió cuando el reloj paró. Después de dos semanas una leve llama sigue encendida. Nunca tendremos la serenidad de apagarla. Cerramos puertas y ventanas. No queremos viento ni  miradas frías. Nos hemos mudado todos al pasillo y nos turnamos para vigilar la llama. 
El encierro nos está matando.  

jueves, 12 de noviembre de 2015

Lanzamiento fallido


A veces los edificios tienen la pretensión del cohete: subir y estallar en el altísimo cielo.
Siempre parece que despegan y siempre se quedan anclados en el piso. Nunca improvisan, se aferran a su estilo desde la base. De tanta espera buscamos que una chispa encienda su contorno. Para qué si no, tiene el reloj en su fachada que marcaría su partida.
Entre voces de reclamo, poco a poco nuestros ojos se van separando para buscar otro firmamento en otra calle que levante el vuelo.

Fotografía: edifício da Câmara Municipal do Porto, Portugal. Desde la plaza de los Aleados.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Lexema diario

Cuando caminaba cabizbajo una lluvia  de palabras le salió al paso. La mirada se le hizo agua y entre guiones, sus labios temblorosos se interrogaron por las respuestas no encontradas.

martes, 10 de noviembre de 2015

Estación Poesía 5


Mis queridos amigos, lectores y veedores:
Envuelto en vapores, engendrado en mal y bajo el cuidado por la sangre conocida pocos pensamientos me definen lucido y diré como Lope: “Que tengo yo que mi amistad procuras”

Hoy se presenta la Revista Estación Poesía 5 en la Universidad de Sevilla. 

“Ir y quedarse y con quedar partirse”

Gracias a su director, Antonio Rivero Taravillo por su valor al publicar mis poemas, así como al comité de asesores su discreción crítica.

Acompañado de poetas “mi alma dichosa en cristalino velo” 

Aquí la nómina del número 5.

"Amalia Bautista, Jenaro Talens, Sergio Astorga, Carmen Garrido, José Luna Borge, Ernesto Frattarola, José María Banús, Francisco Gálvez, Cecilia Quílez, Miguel Mas, Alejandro Lérida, Juan José Vélez Otero, Antonio Manilla, Pedro P. Sanz, Ballerina Vargas Tinajero, Benito del Pliego, Sandra Sánchez, Verónica Aranda, Efi Cubero, Ernesto Pérez Zúñiga, José Carlos Rosales, Jesús Beades, Ezequiel Zaidenwerg, José de María Romero Barea, Isabel Cadenas Cañón, Fabio Morábito, Victoria Guerrero Peirano, Rocío Cerón, Constantino Molina, Chus Pato (en traducción de Ana Gorría), Enrique Baltanás, Miguel Floriano, Pedro Serrano, Chantal Maillard, Petrarca (en traducción de Francisco Socas), Susana Benet, Luis Bagué Quílez, Antonio Praena, Daniel García Florindo, Aitor Francos, Rodrigo Olay, Francisco Barrionuevo y Álvaro Valverde."

Anclado en Oporto, ardo en la espera. Si alguna alma sin pena vaga por Sevilla o cruza el Puente de Triana, le encargo un ejemplar que prometo pagar, no con versos, sino con la moneda en curso.

“Paz de los ojos y del alma guerra” 

Gracias.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Lección prima


Algún concepto ontológico se apoya en buena silla, las opiniones morales en la mesa y en el cielo, se diluyen los ímpetus libertarios.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Sobre la mesa


Algunos domingos acomodan el espacio como si fuera un armisticio. Las migajas se esparcen en presagios grises y amarillos. En lo más hondo huele a olvido y a prisa. Algo hablaron sus dedos, deja testimonio la nada ciega de la rendición.
Algunos domingos se visten con la misma camisa.

Fotografía: Por las calles de Porto, Portugal.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Plaza tomada


Cada otoño sube un vapor húmedo que deja la luz con el rostro lavado y lampiño. Se reconoce la caricia de una ciudad cuando se despoja de su temor a ser mirada, no importando que por sus plazas pueda quedar el verso roto o relamido. 
Quien mira, deja entrar un cuerpo extraño y a veces sus reflejos aparecen cuando a nosotros nadie nos observa.
Yo sé que las palabras acortan la distancia y hoy que llega el tranvía, puedo regresar a beber una taza de café dentro de casa.

Fotografía: desde el Jardim João Chagas (mas conocido como Jardim da Cordoaria) Porto, Portugal

viernes, 6 de noviembre de 2015

Empaparse


Los imposibles son torvos. 
Tienen el desdén de los enamorados. 
Giran los oídos
y un tardío esfuerzo cardiaco
nos sumerge en un diciembre 
que a nadie le importa. 
Escúchame, todos saben 
que mastico la madera 
futura del desierto. 
Que el silencio es tísico. 
Y no tengo ganas de sacar el paraguas. 
Llueve en el norte 
desde que las violetas se amargaron.
Por dignidad, 
no vuelvas a pedirme un impermeable. 
Me mojo porque tengo ganas. 
Que no sabes 
que los imposibles son torvos.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Fantasma errático


Erase un fantasma clásico, con todas las normas conocidas en su hoja de vida y una apariencia atildada, podríamos decir, como de propósito. Sin embargo, sus apariciones eran  esporádicas, perentorias y definitivamente cansadas. No usaba cadenas, ni sabanas; ni asumía la apariencia de seres querido u odiados.   
Qué les puedo contar, si como ustedes imaginan es un fantasma insulso.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Escaparate



Vemos por fuera
y se nos moja la mirada.
¿Tu podrías contener el deseo de entrar? 
El escaparate
tiene la seducción a flor de vidrio. 
Se te mojan los dedos. 
Te quebrantas.
Capilar es nuestra evidente confusión. 
No hablemos de manos. 
Ni de lugares. 
Difícil dar la espalda. 
No adherirse. 
Despegarse. 
Al fin de cuentas la transparencia
es sólo estrategia de la entrada.

Fotografía: escaparate na Rua dos Clerigos. Porto, Portugal

domingo, 1 de noviembre de 2015

Noviembre


Amanece noviembre con ese olor a flor de cempasúchil. Relincha el ocre junto al amarillo. Como salida del baño, reposa sus mañanas y no deja que las islas se vuelvan continente.
El ángel de la panza de oro puede cantar la avaricia o el jadeo de la luz naciendo.
Celebremos los huesos que sustentan la vertical de nuestro paso.

sábado, 31 de octubre de 2015

Estación


El día se detiene.
La multitud enmudece
y parece que el miedo
pasó de largo.
El otoño se estaciona.
Tenemos que buscar monedas.

Fotografía: alguna Rua de Porto,Portugal.

viernes, 30 de octubre de 2015

jueves, 29 de octubre de 2015

Tráfago


En la guerra lectora existen días triunfantes. Con los libros abiertos, la rigurosa luz de sus palabras distribuyen su espacio de tiempo y fuego. Apenas dibujados los caracteres brincan hasta que el ojo aprende a danzar. Apenas se comprende cómo tanto sonido queda girando como el trompo en medio de la pagina. Se oyen los verbos, los sustantivos semi dormidos, se fugan al índice. Enmascarados, los signos ortográficos se miran sus cuerpos para despeñarse como piedras al caer en los márgenes. En el jardín de los sentidos quedan los pronombres en guerra cuando la lectura avanza. Los pulmones y el seso tienen su sexo. Se excitan con cualquier idea y se queman como billetes viejos ya sin valor. La tinta negra trafica con el contexto y como una víbora los puntos suspensivos crean su arquitectura de silencio. Todo es vano, a la deriva los lectores solitarios se diluyen en la quiebra de los signos. Flotan en la orilla del libro las palabras desechadas. Confluyen las voces y se pierden los lectores entre tanto remolino. 
Una guerra severa, esos días que triunfan y se subrayan las letras en la última página del libro que se cierra.